jueves, 15 de febrero de 2018

Simulacro de incendio

En una reunión de trabajo.

-Cuando toque el timbre, los profesores y profesoras irán acompañados y acompañadas de sus alumnos y alumnas hasta el patio. Los padres y madres ya están informados e informadas de que sus hijos e hijas van a estar expuestos y expuestas a la intemperie durante un rato. Pero cuando toque el timbre, entonces profesores y alumnos subirán a las aulas.

-¿Y nosotras las profesoras nos quedamos en el patio pasando frío?

-¡No, las profesoras también!

-Como no lo has dicho...

4 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
se ha hablado tanto sobre este asunto que resulta cansino intentar demostrar que la duplicidad es asemántica (si se puede decir), cacofónica y contraproducente porque el oyente se abruma y deja de escuchar y de prestar atención.
Aunque, ¿será ésta la verdadera intención?
Los discursos políticos tienen como finalidad convencer al electorado que lo negro es blanco y viceversa. La repetición cansina de los ciudadanos y las ciudadanas consigue que la gente se quede adormecida, no atienda al discurso y acabe diciendo que sí a todo para que se acabe esa tortura.
¡Por ahí van los tiros, creo yo!

25 neutonios gramaticales.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Dyhego, no se me había ocurrido esa explicación. Pero resulta la mar de interesante: el que usa esa duplicación absurda viene a dar a entender que todo lo que diga va a ser bueno, porque supuestamente no usa un lenguaje sexista. Mis 25 neutonios supersemánticos.

Nyx dijo...

A mí me parece una aberración semántica, un atentado contra la economía del habla - o de la escritura, tanto da -, una manera de las más absurdas que existen de darse el pisto y creerse que se está haciendo algo a favor de la igualdad cuando lo que se está haciendo es el ridículo y, a fin de cuentas, un esnobismo cutre y chapucero.
Si no fuera porque son personas pertenecientes al feminismo más radical quienes incurren en estas insufribles memeces, me daría por pensar que es una conspiración que trata de sabotear el movimiento feminista desde dentro, porque a este paso cualquiera con un par de dedos de frente va a acabar aborreciéndolo por entender que anima esta patochada.
Yo soy mujer y estas cosas ya me dan náuseas, como lo de las "portavozas". No sé si es feminismo, pero de que no busca la igualdad estoy más que segura. Y sí, desgraciadamente en los centros de enseñanza se está animando a hablar de esta forma alambicada, pedante y antinatural. Conmigo que no cuenten.
O a lo mejor es verdad lo que dice don Dyhego, porque tras un cuarto de hora hablando así o escuchando esta jerga infame seguro que se te han licuado ya unos cientos de neuronas (o "neuronos"... Ah, que en estos casos no se aplica... ¡Qué despiste el mío!).

Jesús Cotta Lobato dijo...

Nyx, ¡su comentario merece ser una entrada de blog en todas las portadas! COn su permiso, diré eso de que si fuera mujer pensaría que con ese lenguaje están buscando dinamitar el feminismo desde dentro.
Muy agradecido.