domingo, 14 de enero de 2018

Villaperdida de Andalucía

En Villaperdida de la Andalucía Profunda, entre montañas y balidos de oveja, en cuya iglesia el pintor ha pintado a un Adán y una Eva tan sumamente desnuditos y apetitosos y deseosos el uno del otro, que casi uno peca de vista con solo un vistacillo, intenta desasnar a los hijos de los pastores y labriegos mi amigo A recitando a Miguel Hernández. Sus alumnos, aunque tienen un fondo de nobleza, son de un basto que no puedo encarecer aquí sin insultarlos o compararlos con el alcornoque. Y él ha tenido hasta poco una crisis existencial por ello, hasta que un alumno le recitó, porque no sabía escribir, un romance de un pastor hablándole a una loba. Y entonces el profesor se puso a recoger con los abuelos de los alumnos romances, nanas y cuentos populares de Villaperdida. Y ha reunido tantos folios, que el ayuntamiento va a publicar un libro. Es el primer libro en el mundo que se escribe sobre Villaperdida de la Andalucía Profunda y todo gracias a un foráneo.

Contiene la antología unos cuentos encantadores. En ellos no hay princesas ni castillos ni ogros ni reyes, sino un hechicero que quiere impedir que un jornalero, joven, pobre y guapetón, se case con la hija del dueño del cortijo. Pero al final el ingenio y la bondad del muchacho pueden más que los negros poderes de la hechicería, y el muchacho se casa con la guapa. La Administración de Educación no le levantará a A un monumento porque a ella lo que le importa es que A siga “las buenas prácticas docentes” y no que traiga un soplo de nobleza y de belleza a un pueblo dejado de la mano de Dios. ¡Dios, qué buen vasallo si tuviera buen señor!

Espero al menos que el ayuntamiento le ponga el nombre de A a una calle y que en el pueblo los jornaleros buenos y guapos se casen con las ricas buenas y guapas.

2 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
este tipo de investigaciones, recopilaciones, estudios antropológico-litarario son muy meritorios.
Los cantares de amigo eran algo así, romances que cantaba la gente.
25 neutonios antropológicos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Dyhego, estoy seguro de que usted habría hecho algo similar.
25 neutonios épicos