lunes, 27 de febrero de 2017

Si hubiera un país...

Si hubiera un país de clima templado, sin los rigores de las heladas, los monzones y los sirocos, con tantas montañas como ríos y playas, con islas bienaventuradas y un volcán, qué afortunados deberían ser sus habitantes.

Si existiera un país que en sus bosques y villas hubiera acogido a extranjeros del norte y del sur y hubiese asimilado sus artes y costumbres y no solo hubiera hecho suya a Roma la invasora sino que además la hubiera derramado con frailes intrépidos por los cuatro puntos cardinales, qué herencia feliz habrían legado al mundo.

Si existiera un país, y esto sería ya el colmo de la maravilla, con una riqueza incontable de tradiciones, una literatura dos veces milenaria, unas ciudades monumentales, una gente acogedora, unos pintores mundialmente conocidos, una música popular y culta tan variada como bella, unos vinos portentosos y una gastronomía única, sana y colorida, ¿quién no querría irse a vivir allí?

Si hubiera un país cuya lengua hablaran quinientos millones de personas que lo llamaran Madre Patria y donde existieran palabras como amapola, compañero, ruiseñor, Peñíscola, cariño o lubricán, ¿quién no querría que le hablasen de amor o amistad con esas palabras alegres como soles?

Y si existiera un país con una Sagrada Familia y una Giralda y unos pináculos góticos apuntando al infinito y un botafumeiro perfumando el mundo y unos libros con personajes eternos como Amadís, don Juan, la Celestina o don Quijote, qué orgullosos deberían estar sus habitantes y qué natural y bien fundado debería ser allí el patriotismo. ¿Existirá algún país así? ¿Habrá en el mundo alguna nación que haya bendecido con tantos bienes a sus hijos?

sábado, 25 de febrero de 2017

Poema de la semana

El amor se desborda ante el abandono, la indefensión y el misterio del hijo durmiente.

La pequeña durmiente
No es que el mundo esté bien: es que no existe.
No hay nada alrededor:
sólo tu sueño.
Nada tiene más ley que tu abandono,
tu suave abjuración,
la dulce apostasía que te ausenta.
No hemos fundado el mundo: nunca cambia.
Pero este cuadro es nuevo
-padre e hija-,
porque sólo el amor es diferente,
sin por ello dejar de ser lo mismo.
El anchuroso mundo, que no importa,
gravita en torno a ti: lo has imantado,
y vive irreprochable hacia tu brújula.
Lo innúmero se rinde a tu unidad sencilla.
Durmiente flor desnuda en mis palabras,
adormidera de los desencantos,
prístina amapola pálida.

De Carlos Marzal

lunes, 20 de febrero de 2017

Pelícana púgil

Tenía yo veinte abriles y peinaba aún rizos en mi cabeza cuando quise componer un poema de amor muy original. Yo quería decir a una mujer que era luchadora a la vez que abnegada, así que tuve la ocurrencia de llamarla en mi poema "pelícana púgil": pelícana, por lo de abnegada, porque en la tradición los pelícanos dan su sangre a sus crías, y lo de púgil, por lo de luchadora.

Cuando la persona en cuestión leyó lo de pelícana púgil, me dijo en un tono que era, por increíble que parezca, de agradecimiento y recriminación: "Pero, Jesús, ¿qué te he hecho para que me llames pelícana púgil?".

Y entonces se me cayeron de los ojos unas como escamas y me di cuenta de que todo lo que uno escribe lo tiene que leer antes otra persona que sea amiga tuya, pero que ame más aún a la poesía.

Pues, eso, ¡tened amigos que os lean cuando aún hay tiempo!

sábado, 18 de febrero de 2017

Poema de la semana

Desde que se pronunció ese sublime “Sed como niños”, el niño dejó de ser solo el inicio de un proceso y pasó a ser un modelo.

Leyendo este poema entiende uno por qué.

Feliz semana a todos

Curriculum vitae
Fui feliz en los bancos de la escuela,
feliz en el cuartel y en el colegio,
y en aquellos veranos sin más agua
que la del pozo aquel del patio.
Si tuve sinsabores
supe olvidarlos al debido tiempo.
Viajé en un tren colgante sobre un río
entre bosques y fábricas,
y en vaporcitos entre los canales
de ciudades marinas.
Fue azul mi vida como el mar,
blanca como la nieve,
y tuve, cómo no, mis horas bajas,
de ésas que abren en el alma el surco,
difícil de llenar, de los remordimientos.

Aquilino Duque

miércoles, 15 de febrero de 2017

El poema de la semana

El hombre es más grande que el océano porque lo puede abarcar en una sola palabra y una sola lágrima.

FUENTE
Hoy me salgo del río más profundo. Monstruo soy de ese lago
donde me espera un cisne.
Tengo la paz ahogada en una gota de agua,
en esa sal que sale, a veces, de los ojos. En la sangre
que corre y se desborda y hace fuente a los árboles.
Tengo una inmensidad que tiembla en los océanos,
siendo sólo una fuente pequeña como un ojo.

(de Rebelión de un recién nacido, de Juan Antonio Villacañas)

Feliz miércoles a todos.

lunes, 13 de febrero de 2017

Niños de Papúa cantando a Dios y un negro albino

¿No es conmovedor lo natural de la reverencia que muestran estos cantantes ante lo sagrado? Me gusta la manera que tienen de aplaudir, con las manos un poco más abajo que nosotros y alternando una palma con la otra; me gusta que la letra no vaya de lo que Jesús (Keliso) puede hacer por mí, sino lo que yo puedo hacer por él. Eso es algo más grande incluso que la religión. Y lo que más me gusta es ese fervor sin afectación ni hipocresía, esa naturalidad de lo religioso que en Europa se está perdiendo. ¿En qué lugar de Europa se va a poner a cantar a Dios todo un poblado? En Europa, desde luego, estamos mucho más atrasados que en este rincón de África o Papúa Nueva Guinea (que no lo sé muy bien).

Se da además la curiosidad de que uno de los guitarristas es un negro albino. Aunque he leído mil veces acerca de la mala suerte de nacer albino en África, este parece feliz e importante allí. ¡Con qué entusiasmo él, como los otros guitarristas, se esfuerzan por guiar el canto!

No sé qué tiene este vídeo que me llena de paz y quiero compartirlo con vosotros.


lunes, 6 de febrero de 2017

El día de la concepción

El día más importante de mi vida no fue el de mi nacimiento, sino el de mi concepción, porque con mi nacimiento me dieron a luz y con la concepción a la existencia. Ese día dos personas que me querían incondicionalmente, como yo saliese, y que me hicieron con amor, placer y libertad, que es como los hijos se deben hacer, me salvaron de la nada, que es mucho peor que la muerte. Hicieron mi cuerpo para la eternidad y obligaron a todo un Dios a infundirle un alma inmortal y asignarle un ángel.

Yo empecé a ser yo no cuando nací, sino el día en que un microscópico e intrépido nadador logró alcanzar la isla dorada, porque entonces fue cuando fui dotado de todo lo que yo iba a ser y necesitar hasta el día de mi muerte. El día de mi concepción está escrito con oro en el Libro y ya nunca será borrado.

Propongo, amigos míos, que se celebre a partir de ahora el día de la concepción más que el del nacimiento. Como no todos conocemos ese día (y está bien que así sea), será mejor que celebremos el mes de la concepción. Durante ese mes, los que nos quieren nos harán nuestras comidas favoritas, nos regalarán libros, ropa, quizá un viaje o un masaje, un libro de poesía... Durante ese mes, las estrellas nos serán favorables.