domingo, 29 de mayo de 2016

Mecánico de un barco petrolero, segundo premio Orola de este año

Fernando Orlando Olasagasti, empresario y escritor, convoca cada año un premio literario de vivencias, género que él mismo cultiva, y este año me han concedido a mí el segundo con este breve texto donde la poesía a lo divino salva a un hombre de su soledad, su desgracia y su destierro. Me dieron el premio además el 24 de mayo, día de María Auxiliadora. Le debo muchas mercedes a la Virgen y no sé ya cómo agradecérselo.

La poesía y España son dos cosas que me gustan mucho y en ese texto vienen juntas y, encima, me lo premian. Es una razón más para amar a mi país que en él haya mecenas como Fernando Orlando preocupados por darle razones para la belleza y la esperanza en esta época donde cunden el feísmo y la desilusión. Me alegro de que me hayan elegido a mí para esa tarea. Os dejo, pues, con la vivencia por la que me han premiado (que, por cierto, también la han publicado aquí)

Mecánico de un barco petrolero (dedicado a Arturo Blanco)
En el Dimna, un barco petrolero que bordea las costas de África, se habla inglés, portugués, griego y árabe. Solo Arturo habla español, pero no tiene con quién desde que se embarcó en él para olvidar a España y, en ella, un amor.

Siempre anda en las entrañas del Dimna, con su mono sucio de grasa. Émbolos, poleas, tuercas, cadenas y motores ensordecedores lo cercan en la oscuridad. Y cuando dolor, suciedad y locura pesan sobre él más que todo el Dimna en sus anchas espaldas, se arrodilla y grita hasta la afonía los versos del único libro que encontró en el barco, en la maleta del difunto capitán, que lo sacuden y purifican en español y le ponen pájaros en los hombros y ríos en los ojos.

«Nuestro lecho florido, de cuevas de leones enlazado…».

Él arregla todas las máquinas del barco, pero a él solo lo arreglan esos versos. Puede fallarle todo, pero no ellos, fluviales, labrados en el mismo idioma con que su madre lo acunaba. Solo ellos lo levantan del suelo y le cincelan el corazón en el yunque de un ángel majestuoso y lo encienden de amor y luz cuando el alma se le pone negra como el carbón que lo ensucia. Ni la fealdad y la oscuridad de todos los Dimnas del mundo pueden con esa «llama de amor viva», esa «cristalina fuente», «las ínsulas extrañas».

Los motores son alemanes, pero qué bien se saben ya esos versos escritos en la lengua materna de Arturo para siempre, porque él los grita a pleno pulmón mucho más alto que ellos: «¡Oh bosques y espesuras, plantadas por la mano del Amado!…». Y ellos lo salvan de la locura, la desesperación, la grasa, el carbón, el estruendo.

Y la tripulación se ríe. No ve su catedral de versos transparentes. «Ya está aquí el loco», dicen. Pero tan solo a él, cuando atardece, le regalan sus saltos los delfines, porque nada es más puro que sus ojos.

sábado, 28 de mayo de 2016

Beethoven explicado para sordos, de Daniel Cotta

Que Daniel Cotta es un poeta como la copa de un pino no lo digo yo, que soy su hermano y su incondicional, sino las águilas de sus versos.

Con recursos como la originalidad de la perspectiva en cada poema, sus audacias verbales, sus extrañamientos léxicos, sus finales sublimes, sus imágenes ágiles y en acción ("las risas sin tallar de un par de niños", "A las dos del silencio (una en Canarias)/ se puso a entristecer"...) y la elegancia y precisión de la palabra elegida en cada contexto, el poeta honra y cautiva la sensibilidad del lector; honrado por ese recibimiento, el lector abre las puertas de su corazón, que era el verdadero objetivo del poeta.

Os dejo con un poema de Beethoven explicado para sordos, publicado por la Diputación de Córdoba y Accésit del XXII de Certamen de Poesía de Rosalía de Castro).

Te pasa como a mayo
Te pasa como a mayo con sus lirios:
que no te das ni cuenta.
No te das cuenta del aroma a risa
que embarga tu palabra y tu cintura.
No te das cuenta de que el día se abre
en tu pestañear, ni que la luna tiene
tus mismos ojos
y el resplandor de tu quererme.
No,
nunca te has dado cuenta.
Tu mano es un jazmín y no lo sabes.
La estela escrita de los meteoros
dice tu nombre sin que tú te enteres.
Y hay una embajadora de tu alma
con sede en mi interior. Y yo le cuento,
le pienso, le recito, le camino
y no te das ni cuenta.
Eso sí:
luego derramo sobre ti mi gozo
como la copa de un poeta ebrio,
como el loco que trae el paraguas del revés
de haber estado recogiendo amor.

jueves, 26 de mayo de 2016

De embarazos interrumpidos y ballenas que fallecen

Leo con cierta sorpresa esta noticia donde de una cría de ballena se dice .que "fallece". Seguramente al que redactó la noticia o el titular le pareció más fino decir "fallecer" que "morir", pero, si le parece más fino a pesar de que es un verbo que no se usa para animales sino para personas, es porque está ocurriendo un cambio paulatino en la mentalidad que consiste en humanizar a los animales y animalizar a los hombres.

Compárese el lenguaje de la noticia de la ballena con el tratamiento que se le da al nasciturus en esta otra noticia donde se habla de "fetolisis selectiva" de "un feto inviable" de 20 semanas por una cardiopatía y donde lo que parece lamentarse no es la "interrupción de la vida" mediante "punción" del "feto inviable" a manos del médico a petición de la madre, sino el hecho de que el médico se equivocó de "feto" e "interrumpió" la vida del sano, no de aquel que no tenía derecho a nacer. Eso sí, la noticia da la categoría de "bebé" a aquel de los gemelos que venía sano, porque, al parecer, la valía del nasciturus no depende de ser un ser humano, sino de su salud y del consentimiento paterno.

En la primera noticia la tragedia es que "fallece" un animal; en la segunda, que han matado al ser humano equivocado.

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domingo, 22 de mayo de 2016

De hojas y almas

Mirad todo lo que pueden decirnos las hojas de los árboles gracias a los poetas que ven en ellas mucho más que simples hojas o, mejor dicho, que las ven tan valiosas y bellas y reveladoras de la profunda y miseriosa belleza del mundo como realmente son.

El último verso es una verdad como un templo que yo percibo en cada instante de mi vida. Me siento doblemente agradecido por este poema: porque es muy bello y porque esa belleza ha llegado al mundo gracias a mi hermano Daniel.

Advertencia
Leed mis corazones igual que el barrendero
que acopia los vestigios del otoño.
Junta las hojas del millar de árboles
que una mano plantó mientras huía
y enloquecía para no morirse.
El barrendero las recoge y sabe
que en el envés se les conoce el dueño,
y las habrá de acacia, de arce, de álamo,
pero una savia las recorre a todas.
Guardadlas bajo piel, como hacen ellas
con los relámpagos del sol. Poseen
la huella de la luz, y hay dos razones
por las que pueden compararse a un alma:
por ser de oro y por haber caído.

De Daniel Cotta, de su poemario Beethoven explicado para sordos

sábado, 21 de mayo de 2016

Bendición para objetos

Estaba estrenando yo mi flamante ordenador nuevo, que he bautizado Paladio, cuando, espedepente, no me dejaba acceder a mis archivos porque me los había encriptado todos un virus malvado llamado Cerber que los dioses confundan y que me pedía por desencriptarlos no sé si unos quinientos euracos. Las informaciones que sobre él encontré en la Red eran desoladoras.

Pero he aquí que tengo seis hermanos uno de los cuales sabe de todo y más aún de informática y ha descabezado a este virus policéfalo y me ha dejado a Paladio inocente y limpio como un Adán recién hecho, y me ha aconsejado que lo bendiga. Así que he encontrado aquí esta bendición para objetos:

C. Oremos. Oh Dios, que con tu palabra todo lo santificas, bendice este objeto, y por la invocación de tu Santísimo Nombre concede la salud del cuerpo y la protección del alma, a cuantos usen de él, con ánimo agradecido, conforme a tus mandamientos y a tu Voluntad. Por Cristo Nuestro Señor. 

R. Amén. 

C. La bendición de Dios Omnipotente, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y permanezca para siempre.

R. Amén.

Para quien la necesite. Las bendiciones son saludables, gratuitas y hermosas, como las sonrisas.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Eduardo Nicol

Decía el filósofo español Eduardo Nicol que, aunque se achaca a los españoles poco respeto por las culturas amerindias al imponer la religión católica, había en ellos un sentimiento de igualdad con los indígenas, hasta el punto de que, en vez de dejarlos abandonados a sus costumbres, los querían fuera del error, porque los consideraban tan dignos de la de la fe como cualquier europeo, y los obligaban a abandonar los sacrificios humanos y ponían en el altar de la sangre una imagen de la Virgen y les enseñaban a enramarlo y ponerle flores.

¿Qué pensarían esos sacerdotes acostumbrados a la carne humana al ver a aquellos hombres barbados y bien bragados venerando a una Virgen que amaba las flores?


martes, 10 de mayo de 2016

Tres sueños de verdad

Soñé anoche que, entre un grupo de poetas o amigos, yo lanzaba al aire una cinta de la que pendían diez papelitos triangulares de colores con diez nombres de poetas y, como una bandada de pájaros unánimes, aquello echó a volar a las alturas hasta que lo perdimos de vista.

También soñé que, en una cripta, nos arrodillábamos (pero, salvo yo, ya no éramos los mismos) y recibíamos de un sacerdote la bendición para no sé qué misión crucial y santa.

Luego me vi con mis hermanos en la casa solariega de mi madre encendiendo la chimenea.

Son tres escenas que, en el sueño, eran la misma historia. A veces los sueños parecen novelas escritas en otro mundo y que el soñante vive como propias; otras veces parecen retazos de futuro. Pero estas tres escenas me parecen cosas que he hecho de veras en la dimensión onírica y que han dejado en mi memoria, en mi experiencia vital, en mi psique las mismas huellas que hubieran dejado de haber pasado en la vigilia. Me parece que esos nombres de poeta han llegado al cielo y que me han dado la bendición para no sé qué cosa que aún me falta por hacer y que, si ahora estoy tan contento, es porque me he calentado al amor de la lumbre con mis seres queridos.

jueves, 5 de mayo de 2016

Nuestro manual de Filosofía de 1º de Bachillerato, de Algaida

Este manual de filosofía ha sido un doloroso parto con un final feliz y parido por tres personas: María José Reyes Agudo, Antonio Montes García y yo.

¿Qué puedo decir a todos sino que lo recomiendo vivamente? Porque creo que es completo y claro, ameno de leer y agradable de ver en cada página, con cientos de actividades y con todo el contenido exigido por la LOMCE. Puedo asegurar que las tres personas del equipo no solo hemos cuidado la elegancia de la prosa y la expresión, sino que, además, hemos invertido mucha energía en que a la máxima claridad le corresponda el mayor rigor, con el auxilio constante de ejemplos, ilustraciones, ejercicios de los más variados y esquemas visuales. Incluso las ilustraciones, que a veces en los manuales de filosofía no vienen mucho a cuento y sirven solo de descanso visual, tienen en nuestro manual relación con el tema de que se trata.

Estoy contento con este libro y por eso lo anuncio. Podéis echarle un vistazo aquí.

Un abrazo para todos.