martes, 20 de diciembre de 2016

La mejor traducción. .Y feliz Navidad

Historia magistra vitae. 

Siempre pongo máximas latinas en los exámenes para que me las traduzcan. Dos alumnos me han sorprendido con dos traducciones poéticas e inesperadas

"La profesora de historia es vida" y "La historia es la vida de la maestra".

¿No hay en la primera  un piropo poético al vitalismo físico de la profesora y, en la segunda, a su vitalismo intelectual? ¿Qué profesora de historia no quisiera tener un cuerpo maravillosamente vital, a la vez que una pasión intelectual tremenda por la historia? ¡Afortunada profesora! ¡Afortunados alumnos!

Y me despido deseándoos a todos una feliz Navidad. Que la Estrella de Belén os traiga a todos el oro de la prosperidad, el incienso de la poesía y la mirra del amor.

Comprad esta Navidad a los nigerianos del semáforo pañuelos, ambientadores, lo que vendan, pero sobre todo rosarios. Sus rosarios están bendecidos por la alegría con que los venden y quien los reza consigue de la Virgen lo que pida. Rezo especialmente por quien lo haga.

lunes, 12 de diciembre de 2016

Gracias por un regalo

Llevo recibiendo del cielo durante seis años seguidos un regalo que me está haciendo mucho más llevadera la vida. Digo del cielo y no de la suerte, porque el cielo se sirve de la suerte para llegar a sus propósitos.

Hay varios tipos de regalo: el que deseamos porque lo necesitamos y el que no sabemos que necesitamos.

El segundo es desconcertante, pero mejor. Lo que hoy te parece un castigo puede que mañana se revele como una bendición (por desgracia, al revés también).

Vivimos tan esclavos de la inmediatez y de la fugacidad, que solo nos damos cuenta de eso al final de la vida. Sin embargo, a veces, en medio del camino recibe uno una inspiración y comprende que lo que creía años perdidos, sufrimientos inútiles no fueron sino un regalo que lo hizo más bueno, más sabio u oportuno para el bien de otros. Hoy he recibido yo esa revelación. Y mi vida ha dado de pronto un vuelco. Antes me pasaba el día lamentándome e increpando al cielo. Hoy no dejo de dar gracias, gracias, gracias.

jueves, 8 de diciembre de 2016

El ángel y la cuna

El día más importante de mi vida fue mi concepción, porque es el día en que me salvaron de la nada y en que el mundo dio mi pistoletazo de salida para que yo comenzara a dar vueltas en torno al sol.

Hoy, día de la Inmaculada Concepción, rindo homenaje, con esta escultura de Timothy Schmalz, a todos aquellos seres humanos que, concebidos, no llegaron, sin embargo, a dar vueltas en torno al sol.


lunes, 5 de diciembre de 2016

Gracias, Homero

Tengo un gran cariño a la traducción que de la Ilíada hizo Segalá y Estalella. Suya es la versión que mi amigo Felipe me regaló para inaugurar nuestra amistad y, gracias a ellos dos, serán siempre para mí Homero esos segalianos “Héctor de tremolante casco”, “Aquiles de pies ligeros” o “su alma salió de sus miembros llorando porque dejaba un cuerpo vigoroso y joven”.

De Segalá es el Homero que leo con mis alumnos subido a la mesa. Lo hago en honor a Homero, que admira a los hombres concretos y no a los bandos, y a Segalá, que murió en una guerra de dos bandos fratricidas, durante un bombardeo en la Guerra Civil, en Barcelona.

Homero mejora con los años. Cada milenio destaca más su belleza entre los Grandes. Y cuantas más vueltas doy al sol, más maestría e inspiración le descubro. Esos héroes que saltan del carro “sin soltar las armas” o que, cuando mueren, caen “como el alto pino en el bosque” o que pelean como en una cima un león y un jabalí; ese desconocimiento de los partidismos y los maniqueísmos, esa admiración por la belleza y la valentía allí donde estén, esa afinidad entre dioses y hombres, ese respeto exquisito por el cuerpo del caído… todo eso es una buena guía para la literatura y para la vida.

En esta época donde no está de moda ser valiente ni magnánimo ni noble, sino original, guay, enrollado, auténtico, moderno y demás tontadas, creo que hago un favor muy grande a mis alumnos cuando les muestro allí arriba la estrella homérica pasando de modas y poses y alumbrando lo real, objetiva y perennemente bello.

Cuando muera, antes de partir a algún confín a montar una galaxia en torno a un agujero negro para hacer más grande e incomprensible el universo, que me encanta, haré algo que me gusta más aún: demostraré con una encuesta celeste que Homero es el autor más leído en el Cielo y viajaré luego en la cola de algún cometa hasta la República de Poetas donde Homero departa con Virgilio, Dante, san Juan de la Cruz, Camoens y otros grandes. Entonces, me quitaré el sombrero y les besaré a todos las manos, pero, ante Homero, haré una reverencia por todas las veces que me ha salvado a mí y a cuantos se lo he leído, de la fealdad, la vulgaridad, la cobardía, la insolencia. Y le entregaré, dentro de un anillo de purísimo diamante, una galaxia entera.

domingo, 4 de diciembre de 2016

Poema de la semana

La vida no es tanto lo que es comoo la manera que tiene cada uno de vivirla. Os ofrezco esta de este poeta que en lo trivial descubre lo maravilloso.

Orden del día
Dime si hay una taza de café más sabrosa
que estos pequeños verbos regulares:
levantarse y que la luz se te eche encima
como un baño de jugo de naranja,
sentarse al desayuno partiendo en rebanadas el otoño
dar al teléfono eficaz respiración de boca a boca
picotear la máquina de escribir por si cruza un ala
llevar a mano el encendedor, la fogata amistosa
enviar un telegrama de felicitaciones a la lluvia
poner girasoles a los ojos para seguir más cielo
cerrarlos por ver su azul cristalizarse dentro
ir por la calle con unos pies sismógrafos
registrando la ternura de la tierra,
pasar de largo bancos, estatuas, cuarteles
pararse donde estalle un silencio o un quejido
dar cuerda al corazón para que marche aprisa
decir adiós, el último
como decir los buenos días.

Joaquín Peñalosa

lunes, 28 de noviembre de 2016

Adolescente y Biblia satánica

La víspera del uno de noviembre, un alumno me vio salir de clase de latín y me dijo:

-Tengo en mi casa un libro con muchas partes en latín.
-¿Te gusta el latín?
-Es una Biblia satánica. Es que a mí me encantan las cosas de fantasmas y espectros.
-Yo prefiero a los ángeles. Son buenos y poderosos y, en vez de oscurecer el mundo, lo llenan de luz.
-Me gustan más los demonios.
-¿Y no te interesa una Biblia normal?
-No. Yo no creo en nada.

Estuve a punto de decirle: “Bueno, hombre, en algo sí que crees cuando tienes una Biblia satánica en casa”, pero le dije:

-Mi consejo es que te dejes de rollos satánicos: o son un timo o, si no lo son, es lo peor que te puede ocurrir.

Pero me di cuenta de que mis palabras le sonaban a monserga. Yo tenía en mi contra al espíritu de los tiempos, que en libros y películas presenta como simpáticas a las brujas, como interesante y transgresor lo oscuro, y que ha conseguido que colegios y madres no vistan a los niños de pastores y ángeles en Navidad, sino de demonios y vampiros el Día de los Difuntos.

sábado, 26 de noviembre de 2016

El poema de la semana

No se puede expresar sino con poesía el hecho de que el momento precioso de la Anunciación, protagonizado por una muchacha y pintado de modo sublime por tantos pintores, ha marcado la esperanza, la vida y la sensibilidad de dos milenios.

A mi amigo Antonio Montes debo el descubrimiento de este poema.

AVE, LLENA DE GRACIA
Fraude es el oro, drogas el incienso y la mirra.
El pan es sólo un pan, no una fiesta de panes.
El pez es sólo un pez, no una fiesta de peces.
Quien ande sobre el agua del lago, se hundirá.
Ni el ciego ve, ni escribe el manco, ni habla el mudo.
Del templo nadie puede echar a los ladrones.
Un esqueleto es Lázaro y plañen sus hermanas.
En la aurora de Pascua, María Magdalena
con todos sus demonios en la cama fornica.

Tal sería la historia —cruda, vulgar, pequeña—
si después de escuchar al arcángel Gabriel
aquella adolescente hubiera dicho «no».

Manuel Mantero

Si vos dijérades no.
Lope de Vega

lunes, 21 de noviembre de 2016

La desilusión del cuerpo

En mi casa nos tenían dicho que era mejor ducharse que bañarse, porque se ahorraba tiempo y agua, y que, si uno se bañaba, no había que llenar la bañera hasta el borde.

Total, que yo siempre pensé que, cuando me independizara, llenaría la bañera hasta el borde y me tumbaría allí para relajarme, como veía en las películas. Era un deseo recurrente en mí.

La oportunidad se me presentó una vez que me contrataron como miembro de un tribunal de oposiciones y me pagaron un hotel. Allí llené la bañera y allí me metí con toda mi ilusión. Pero he aquí que tuve que salirme en seguida. Me sentí debilitado, acalorado, agobiado, necesitaba agua fresca y aire.

Me pareció que por un gusto de mi cuerpo no estaba bien ensuciar tantísima agua. Hay placeres que, cuando uno los prueba, arrebatan, sobre todo si uno no sabe qué esperar de ellos (eso me pasó con el placer sexual la primera vez que tuve ese precioso conocimiento), pero casi todos los demás son normalitos. Y los que no lo son, gustan más si uno no los espera.

Y doy gracias a Antonio Barnés por lo que aquí dice  de mi libro de poesía.

sábado, 19 de noviembre de 2016

El poema de la semana

Siempre me han gustado los poetas que humanizan la naturaleza y la tratan como a una hermana y no como a una madre. Este lo hace además adjetivándola con verbos y así nos la presenta en un amable trajín que nos devuelve un instante al paraíso.

Está enfermo de luz el manso llano.
El monte es verde. La campiña de oro.
Y en el bíblico y recio sicomoro
llama al esposo la zurita en vano.

Reza la fuente con fervor sonoro
a la sombra sedante de un manzano
y suena en esta calma de verano
como un canto de vírgenes en coro.

Besa el sol con ardor a la llanura
ebria de luces, y soñando altura
el águila se eleva en raudo vuelo.

El río entre los huertos se solaza.
Y, bañada de sol, la alondra traza
un camino de voces por el cielo.

Zacarías Zuza Brun

lunes, 14 de noviembre de 2016

Dos años menos en el purgatorio

Hace unos años los alumnos de la ESO que no escogían religión daban una asignatura denominada cultura religiosa que no se podía evaluar. Por eso, en esas clases los alumnos se ponían a estudiar o a ver pelis, porque ni contaba para la nota ni la impartían profesores especializados ni acudían a ella precisamente los mejores alumnos, porque la escogían, en general, los que no querían hacer nada.

Durante dos años me la endosaron a mí. Un curso de tercero de ESO de treinta alumnos a última hora. El purgatorio debe ser bastante parecido a eso.

El primer día de clase les dije que utilizaríamos un manual y que habría exámenes y clases normales y que, como el nombre de la asignatura indicaba, daríamos todas las religiones, empezando por la griega, siguiendo por la judía, la cristiana, la musulmana y las que me diese tiempo.

Ellos protestaron a gritos. Uno se levantó indignado y dijo:

-O sea, que me apunto aquí para no dar religión y ¿ahora tengo que dar todas las religiones?

-SÍ, EXACTAMENTE ESO ES LO QUE VAS A HACER.

-Pues entonces me borro de esto y me voy a reli.

-Eso es precisamente lo que tienes que hacer. El cura que da religión es estupendo, es especialista en la asignatura y os lleva a muchas excursiones. Quien se quede conmigo va a trabajar más y no lo voy a llevar a ninguna excursión.

Siempre se me pasaban a religión al menos diez alumnos el primer día de clase. Y todos tan contentos: el cura, ellos y yo.

sábado, 12 de noviembre de 2016

El poema de la semana

Siempre me han gustado los poemas agradecidos, sobre todo si agradecen todo lo que precede a la belleza actual que gozamos. Este me gusta más aún porque, además, pone en su sitio a esos filósofos tristes que están tanto en los libros como dentro de nosotros.

Pues eso. Que hoy el filósofo se haga poeta y se ponga a cantar. 

Capricornio en el paseo marítimo
Mira la tarde, mira qué canción
multicolor: las mobylettes felices
como estrellas fugaces, quinceañeras
azules con bermudas y suspensos, gaviotas
acariciando el tiempo,
la playa allá como una bienvenida...
¿Cuánto le habrá costado
al Universo, cuántos siglos, abrazos, guerras...
este momento?
Apiádate. No sueltes
en medio de esta hora
el paquidermo mustio de tu filosofía.

Miguel d’Ors, de Es cielo y es azul

lunes, 7 de noviembre de 2016

Una expresión vulgar en la wikipedia

Pues hete aquí que, buscando para mis alumnos máximas en griego antiguo, di con esta página. Cuál ha sido mi sorpresa cuando, en las locuciones de la letra ómicron, veo que la traducción que da de cierta máxima, en vez de ser "A Hipóclides le trae sin cuidado" o algo similar, es ni más ni menos que esta: "A Hipóclides se la suda".

Esa expresión es de una vulgaridad asquerosa. Que esté tan extendida en nuestros días dice muy poco de nosotros.

El traductor debe creerse de lo más original por traducirla así, pero olvida que en el original no suena tan rematadamente repugnante, sino tan solo cortante y fresca.

El otro día les pregunté a unos veintidós alumnos encantadores quiénes no decían nunca palabrotas y ninguno levantó la mano. Fingí escandalizarme, aunque me lo esperaba.

Mi cruzada contra las palabrotas no se debe al puritanismo, sino al amor por la elegancia y a la convicción de que un lenguaje vulgar contribuye a un pensamiento vulgar.

Les digo a mis alumnos algo como esto: "La sensación que me producís cuando os oigo decir una palabrota es la misma que me produce un perro muy bonito al que veo en la calle y, cuando me detengo a acariciarlo, va y vomita. No se debe vomitar en cualquier sitio".

Pero, claro, la wikipedia y la tele y tantos personajes importantes no me ayudan mucho en esta cruzada mía.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Homero al son del ukelele

Hoy, después de explicar qué es un aedo, me he subido a la mesa para leer la muerte de Héctor de tremolante casco en el canto XXII de la Ilíada y una alumna mía me pidió acompañar mi lectura con música. Le dije que sí, pero que buscara una música épica.

Pero la alumna, de nombre Hipatia, superó mis expectativas. Me subí a la mesa, como hago siempre que leo a Homero, porque no hay en el aula un sitio más alto. Impresiona ver a los alumnos desde tan alto. Y ella se sentó a mi lado con un ukelele que sacó de su maleta y, por arte de su música y de Homero, nos trasladamos al siglo VIII a.C.

El ukelele sonaba como una lira y yo hacía lo imposible por estar a la altura de Homero.

Nunca ha muerto en mis clases Héctor con una música más digna que hoy.

domingo, 30 de octubre de 2016

El poema de la semana

Este poema sencillo y sin pretensiones tiene un buen final que expresa lo que, a mi parecer, es la realidad más excelsa del cosmos.

En el Pedroso, en un pueblucho de mi España,
en un poniente de tomillos irreales,
en una acera hollada por las gentes,
he visto escrito amor,
al filo de la noche, cuando todos se habían ido.

Vicente Sabido (de Aria)

lunes, 24 de octubre de 2016

Planificar la vida

Me he dado cuenta de que hay días en que invierto mucho tiempo en planificar mi vida, en replantear mis metas, en actualizar mis propósitos, en reflexionar sobre mis motivaciones, en combatir mis angustias, en reprogramarme.

Es un hábito que ha ido creciendo conmigo este de anotar todo eso en mi agenda. A veces llego a planificar los cinco años siguientes, sabiendo que eso y nada es lo mismo. Pero, ay, ¿qué sería de mí sin esa lista de propósitos agrupados en: Dios, trabajo, deporte, literatura, miedos...?, etc Me imagino que me haré viejo cuando ya no sienta la necesidad de programar nada, sino de dar gracias por lo que cada día me da.

Pero, conociéndome, me haré planes para el más allá: trescientos años en Andrómeda, otros trescientos reventando supernovas en no sé qué galaxia, luego otros trescientos visitando los libros que más me han gustado. Y así usque ad infinitum

domingo, 23 de octubre de 2016

El poema de la semana

Este poema me gusta porque, además de tener algo de biografía y microrrelato, con su toque de misterio, describe magistralmente en qué consiste la insoportable contingencia de aquello que no queremos en absoluto que sea tan contingente: la vida.

LA BALA DE PLATA

Es la última. Las demás las he ido regalando
a tipos como yo. Una leyenda
he mandado grabar a su través:
“Soy dueña de una vida”.
Mis familiares piensan que es solo un amuleto.

 Algún día, esa cosa minúscula
sabría acabar con todo. Y es curioso
que algo tan insignificante
me pueda trasladar a los infiernos.

Felipe Benítez Reyes (Paraísos y mundos)

jueves, 20 de octubre de 2016

La española y la nigeriana

El otro día, mientras intentaba en vano llamar desde una cabina telefónica, que desde que tiene todo el mundo teléfono móvil son pocas y están rotas, asistí a una escena preciosa. Una nigeriana que vendía pañuelos en un semáforo se puso a hablar con una española, que le fue a comprar un paquete de pañuelos. La española sacó un billete de veinte euros y la nigeriana fue a buscar un bar para que le cambiaran el billete, pero la española cambió de opinión y le dijo:

-Anda, quédatelo.

Y entonces la nigeriana, sin creéerselo, se puso literalmente a dar saltos de alegría y a abrazar a la mujer, llorando a lágrima viva, y a hablar en su español mezclado de inglés en una retahíla que intento aquí poner en pie:

-¡Yo hoy ya puedo ir casa! Yo triste esta mañana because I have to pay my room. ¡Gracias, gracias! Yo cambio semáforo, pero siempre poco dinero en toda la semaforo. Gente no compra, pero yo no quiero prostituta, porque I have a baby. She is con monjas in Morón, because I can´t feed her. Yo tengo Bible, mira –y le mostró una biblia muy pequeña y muy usada, con frases subrayadas. Y leyó con una voz que me emociona solo de recordarla -. The Lord is my shepherd. I shall not want”. Yo sé Dios ayuda y Dios mandó tú.

Y no dejaba de abrazarla y de reír, sin creerse que alguien le hubiera dado unos veinte euros. Y no dejo de pensar en la pobre nigeriana que no quiere prostituirse porque tiene una hija pero tiene tentaciones para poder alimentarla. Pero más pienso en el corazón de oro de la española que le dio veinte euros.

Qué oscura y triste sería la vida para esa nigeriana si no viera la mano de Dios en mujeres como esa española que hacen el mundo tan bonito como ellas dos.

lunes, 17 de octubre de 2016

Jenofonte

¿Qué debo hacer con un alumno que, en vez aprender a traducir del griego al español un fragmento del libro IV de la Anábasis de Jenofonte, que es lo que se supone que debe hacer en selectividad, se aprende de memoria todo el libro en español, porque le encanta, pero luego es incapaz de traducir del griego al español una sola frase de Jenofonte?

sábado, 15 de octubre de 2016

El poema de la semana

Rompiendo mi costumbre, como ha hecho la Academia Sueca, esta vez os mando un poema de una poeta china del siglo XI ni más ni menos, que me sorprendió porque parece recién dicho por alguien de hoy.

Como las hojas de los árboles, las generaciones de hombres, decía Homero. Pero la poesía es el mismo árbol, generación tras generación.

Feliz otoño a todos.

Esta noche ha llovido y el viento era muy fuerte.
Dormí mucho, pero aún me aturde el vino.
Pregunto a quien levanta la cortina
y me dice que no ha cambiado nada,
que el manzano es el mismo.

¡Qué sabrá ella!
Seguro que se habrán ido las flores,
todo será más verde y menos rojo.

Li Qingzao (XI-XII) (Cantos de amor y de ausencia, Cantos “ci” de la China medieval, de Hiperión)

viernes, 7 de octubre de 2016

B

Llevo tiempo queriendo escribir sobre B.. Era una buena compañera de trabajo, afable en el trato, muy discreta, aunque de familia de renombre.

Tengo sobre mi conciencia que, por algunos intereses, le oculté cierta información con la que ella podría haber elegido mejor. Fue el mío un pecado de omisión. Espero que me haya perdonado.

Hace unos años, del modo más horrible, murió en su casa sin que pudieran socorrerla. Pienso en esa soledad angustiosa de sus últimos minutos y se me hace un nudo en la garganta.

B., gracias por la simpatía y porque una noche nos invitaste a tus tres compañeros de departamento a cenar en la terraza que daba al Guadalquivir, en ese club exclusivo del que eras socia. Desde aquí te mando toda la frescura de los ríos.

lunes, 3 de octubre de 2016

El beso al calvo

En la última cena con mis amigos mercuriales este verano, cenaban a nuestro lado muchas mujeres vestidas de flamenca en una despedida de soltera. Y he aquí que una de ellas me preguntó discretamente si yo permitía a la novia darme un beso en la cabeza, porque una de las pruebas que ella tenía que superar era dar un beso a un calvo.

¡Dios mío! ¡Ese es mi sueño dorado! ¡Por fin mi calva tenía sentido! ¡Que unos labios rojos se estampen en mi calva, como vi yo cuando chico que le pasaba a Popeye en una de sus aventuras! Así que le dije que sí y, entre aplausos y vítores de todos los presentes, me senté en una silla y ella me dispensó el sonoro y rojo beso.

El poeta Ramón Simón, que me quiere bien, le dijo a la besadora que yo era poeta y, entonces, todas las amigas se volvieron locas pidiendo que yo le recitara un poema a la novia. Y he aquí que la suerte me sonrió otra vez, porque yo tenía un libro de poemas mío en el bolsillo de la chaqueta, así que me puse en pie sobre una silla y, en el silencio más expectante, todo el mundo se calló y leí el poema. Todo eso que cuento pasó en menos de cinco minutos. Pero, Dios mío, ¡qué intensos y bellos!

Aquí el poema que le leí.

Cuesta Maneli
Salgo del mar a ti, que estás tendida
con el abrazo abierto a mí y al cielo.
Rubia en la arena rubia, hecha una duna,
me enciendes con más oros el deseo.

Cuando atrapo la luna entre mis labios,
la pongo entre los tuyos con un beso.
Un colibrí bañándose en rocío
no es tan dichoso como yo en tu pecho.

Donde solo hay agua, arena y tú,
apuntan hacia ti los elementos
y el mar y yo te compartimos
y todo es esplendor y todo es lecho.

sábado, 1 de octubre de 2016

El poema de la semana

Queridos amigos:

Los poemas que, leídos en voz alta, se crecen más que en silencio me gustan más, porque guardan más relación con la música, hermana de la poesía. Si no es así, se arriesgan a convertirse en aforismos, diarios o en prosa con renglones partidos.

Estas coplas que os pongo cumplen el requisito de la buena poesía y, además, están cargadas de un mensaje hondo, sincero y dolorosamente humano.

-Si me dieran otra vida
para corregir mis fallos,
tan solo procuraría
cometerlos más despacio.

-¿Por qué será este dolor
que no se calma con nada,
si sé que no existe nada
que provoque este dolor?

-Veo acercarse la piedra
en la que ya tropecé.
A ver si recuerdo cómo
me levanté la otra vez.
(Señales de vida, de Juan Antonio González Romano)

martes, 27 de septiembre de 2016

El mejor negocio de Sevilla

Entre los negocios que hay en Sevilla concedo la máxima importancia al que tiene montado Ileso en la esquina del puente de los bomberos, justo donde comienza el barrio de San Bernardo.

Vende pañuelos y rosarios y me llama “jefe” con acento nigeriano y tiene rosarios de todos los colores y los dispensa con todas las sonrisas.

Entre alumnos, amigos, lectores y compañeros de trabajo le doy la máxima publicidad, porque sé que muchos problemas se arreglan no solo con sus rosarios, sino estrechándole la mano y mirándolo a los ojos.

De día va siempre con una sombrilla porque “no me quiero poner más moreno”. Y lo dice con una sonrisa que no puede ser más blanca y más franca.

Durante unas semanas de agosto no ha trabajado porque no pasaban coches por la carretera. Sus vacaciones han consistido en “comer, dormir, duchar”, pero, a diferencia de casi todos sus clientes, en Sevilla. 

Lo mejor de Ileso es que, truene o llueva o haga un sol de justicia, siempre está contento.

Dios bendiga a Ileso y su negocio, para que siga iluminando el puente de los bomberos y mi barrio.

sábado, 24 de septiembre de 2016

El poema de la semana

Inauguro el curso, amigos, con este poema breve que parece hablar de la inspiración, de la incógnita que es la existencia, de lo intransferible que es una vivencia personal. Y lo hace con sencillez, contundencia y misterio, como a mí me gusta.

SONATA
La escucho y cae la lluvia,
y pienso en aquel perro solitario
que iba detrás del ataúd de Mozart.
Lo sigo en los compases de este piano
y en los caminos que dibuja el agua
al irse deslizando en los cristales.
Voy, misteriosamente feliz, siguiendo a un perro
hecho a la vez de música y de lluvia.

Joan Margarit y Consarnau

lunes, 12 de septiembre de 2016

P.A.P

Playa, amor y poesía.

Ese ha sido el resumen del verano.

Ha habido achaques familiares. Y las playas de Frejulfe, Otur y Barayo me han regalado un tinnitus que es exactamente un vaivén de olas marinas a cámara rápida. Una amiga mía experta en acúfenos me ha dicho que soy afortunado, porque es un tinnitus bonito y no demasiado exasperante. Además, solo lo oigo cuando está todo en silencio y todos duermen, menos el mar en mi oreja.

Un tinniitus es poco precio para lo mucho que me han dado esas playas.

Aquí os dejo una foto que me hicieron cuando conseguí embutirme en un traje de surf. Aguanté en el agua con él media hora. Luego me lo tuve que quitar porque me angustiaban tales apreturas y, entonces, resultó la clase de surf mucho más fácil. Me costó ponerme de pie sobre la tabla, pero cuando lo conseguí, ¡qué cerca estuve de los dioses!

¿A quién habrá que dar las gracias por las playas, el amor y la poesía de todos los veranos? Tiene que ser alguien, no algo, el que los haya inventado tan bonitos y completos.


miércoles, 13 de julio de 2016

Homenaje a Víctor Barrio

Me ha conmovido tanto su muerte y admiro tanto su valor, que rompo mi voto de silencio estival para lanzar al cielo este romance en su honor.

A Víctor Barrio

El cielo puso la arena.
Tú has puesto la valentía.
Ella es la mejor manera
de morir en esta vida.

 Allí arriba, en pleno cielo,
hoy te dan la alternativa
Gallito, Paquirri, el Yiyo
e Ignacio Sánchez Mejías.

La Virgen de los toreros
luce una blanca mantilla,
te bendice con un beso
y quiere ser tu madrina.

Es seráfico tu estoque;
en tu traje van prendidas
las lágrimas de tu esposa
para volverte a la vida.

 Allí matas a la muerte
con toda tu valentía,
una lluvia de claveles
y una angélica cuadrilla.

Víctor Barrio, que el amor
que te ha llevado hasta arriba
siga lloviendo en los tuyos
y a nosotros nos bendiga.

Ex corde, Jesús Cotta

sábado, 25 de junio de 2016

Me despido hasta septiembre

Mis queridos amigos, en esta foto feliz realizada desde las alturas por mi colega, y también cantor y fotógrafo y amigo de la belleza y mío, José Manuel Aceces Ruiz, me llegó el turno de hablar unos cinco minutos a profesores, padres y alumnos de cuarto de ESO que celebran su fin de etapa. Iban ellos de chaqueta y corbata o pajarita y ellas de largo o con minifalda. Daba gusto verlos. Yo me había preparado un discurso en un papel que, en una reunión previa, perdí. Y lo tuve que rehacer en un papel sucio cinco minutos antes.

Después de dar gracias a los alumnos por ser educados (lo mejor que se puede hacer con el cuerpo) y sonrientes (lo mejor que se puede hacer con la cara), hablé de la diferencia entre dos cosas muy feas: la prohibición y la coacción. La segunda es mucho peor, porque, si me prohíben una cosa, puedo hacer otra, pero no tengo escapatoria si me obligan a hacer una cosa, en este caso, estudiar hasta los dieciséis abriles seis horas al día entre cuatro paredes y con compañeros, profesores y materias que uno no ha elegido. "Si habéis conseguido aprender en esas terribles condiciones sin tirarme por la ventana a mí, que soy a vuestros ojos el representante directo de ese Estado que os coacciona, es por mérito vuestro, de vuestros profesores y de vuestros padres, pero desde luego no del actual modelo educativo. Y por eso os felicito, mis queridos alumnos".

Y algunas más cosas dije y acabé con un "¡Que Dios reparta suerte!".

Así me despido también de vosotros hasta septiembre. Y permitidme un consejo. Te lo digo a ti en privado: si nadie te coacciona ni te prohíbe cosas, aprovecha este verano para hacer algo voluntario y bello que estés deseando hacer y que no requiera un gran sacrificio por tu parte o por parte de los que te quieren; eso es lo mejor que puedes hacer con tu libertad. No hace falta estar en el sitio ideal, sino allí donde estés. Si no tienes nada bello y voluntario que hacer, piénsate algo.

Yo, por ejemplo, este verano me voy a dedicar a los ángeles, a conocerlos, a leer sobre ellos, a escribir sus historias. Eso sí, siempre con un café frappé helado o una coronita con una rodaja de limón.

Os deseo mucha suerte a vosotros y a vuestros ángeles.

lunes, 20 de junio de 2016

Poemas descalzos, de José Julio Cabanillas

Estos Poemas descalzos de José Julio Cabanillas son la voz de la bienaventuranza aquí en la Tierra y, también, el llanto del cosmos a través de los árboles, pájaros y hombres por la sangre derramada de Cristo. Hay poemas que parecen transmitir lo que solo puede saber un ángel acerca de los asuntos referidos a los pasos de Dios en la Tierra; otros tienen el don de arrancar de lo más trivial lo más tremendo. Sus versos bendecidos por la gratitud que rebosan, alados por la gracia que los embellece y, sobre todo, cantores del mundo y de todo lo divino que en él ha acontecido y acontecerá como si estuviera pasando ahora, son a veces un treno luminoso y otras veces el Magnificat universal de un jilguero cantándonos en un árbol del Edén para nosotros, y lo que canta es amor, gratitud y asombro.

Todo está dicho con la voz más delicada y desnuda de ropajes innecesarios, como si se hubieran descorrido todos los velos y todo estuviese por fin iluminado por la primera y última luz en un eterno presente, cuando ya los árboles pueden también hablar. Con palabras de siempre y para siempre, el poeta dice lo que aún no habían dicho las palabras de siempre.

Por todo ello, gracias de nuevo, José Julio.

ÁRBOL
Cuando yo era un arbusto, el aire
me soplaba al oído canciones de muy lejos.
Me rozaba la frente.
Yo estaba allí, en el bosque, entre padres y abuelos
de alturas formidables, con sus ramas nudosas
acariciando el sol, bebiéndolo a hojas llenas.
Una nube pasaba.
Un pájaro ponía el corazón en la garganta.
Pasaban niñas, y reían.
Pasaban mariposas y eran oro.
De pronto fui un árbol. Qué verde gravedad
de savia entre las hojas que, en el aire, temblaban o reían
con los ojos de un hombre enamorado.
No muy lejos oí pasos de hierro, gritos,
voces de pedernal en el filo de un labio.
Y se alzó el brillo agrio de una hacha en mano fuerte.
La savia, acostumbrada a vivir en mi adentro,
vio el sol y desmayó. Yo desmayé, caído.
Me arrancaron del suelo, me talaron las ramas,
menos dos, las más grandes. Me quemaron la copa
de hojas transparentes, hijas del arco iris.
Me arrastraron a voces hasta un monte pelado.
Había gente. Olía a sangre, y un perrillo
pasaba entre las túnicas severas
de unos hombres hirsutos con ojos imposibles.
Luego, en lo poco que de mí quedaba,
clavaron -yerro y sangre-
lo poco que quedaba de aquel hombre.


sábado, 18 de junio de 2016

Ni azar ni karma; mejor la Providencia

Para los que creemos que el mundo no está a merced del ciego azar ni regido por un karma justiciero, sino bendecido por la Providencia, es más lógico dar gracias que quejarse. El gran Héctor, por ejemplo, cuando supo que Aquiles lo iba a matar, no maldijo a Zeus por abandonarlo en ese último momento, sino que le dio las gracias por todas las ocasiones en que lo había protegido.

Para los que quieran dejar la quejumbre y pasarse al bando de la gratitud, he aquí este magnífico poema de Miguel d'Ors

QUEJAS
Que no te favorezco –te quejas, con mohines
de adolescente tonto-. Me sonrío
pensando cómo vas a avergonzarte
cuando ante Mí, con tu mirada ya
definitivamente liberada -y no te falta mucho-,
veas con lucidez inapelable todos
los virus vagabundos que aparté
de ti, los reventones de neumático
que te evité, cuántos atracadores
empujé en dirección opuesta a tu cartera,
cuántas tejas retuve al pasar por debajo
tus hijos, cuántos guardias civiles os distraje
por esas autovías; Y no te digo nada cuando sepas
lo que una tarde hice por librarte
de un jabalí furioso, en Belabarce
-vas a quedar pasmado-, poco antes de tu boda.

Y tú, querido hijo, sin enterarte nunca
del chorro de favores que Yo iba disparando
sobre cada minuto de tu vida.
                                              Y encima protestando.

(Átomos y galaxias, de Miguel d’Ors)

martes, 14 de junio de 2016

Si Dios quiere, de Edoardo Maria Falcone

Recomiendo encarecidamente la película italiana que se acaba de estrenar Si Dios quiere (Se Dio vuole). Ahora el problema en la familia no es que el hijo salga del armario para decirnos que es homosexual, sino para decirnos que quiere hacerse cura.

La película es tronchante, divertidísima, ingeniosa y profunda.

Una de las claves es esa cita de Battiato, sacada de su magnífica canción Magic shop

"Deduco da una frase del Vangelo che è meglio un imbianchino di Le Corbusier".

Y ese es un mensaje que me encanta: es mejor la bondad que el conocimiento y el poder.

domingo, 12 de junio de 2016

Noviembre, de Ángel Mendoza

Como el dolor del mundo es mucho y muy grande, la alegría que de él nos salve ha de ser más grande aún.

Me gusta cómo la presenta este poema, como una fuerza capaz de poner la maldad y la fealdad en su sitio y protegernos de ellas. Lo que hay de niño en nosotros, que espero que sea mucho, puede seguir sintiéndola así.

RECUERDO LA ALEGRÍA
Era como tener en casa un perro grande,
uno de esos peludos gigantes y gozosos
en los que refugiarse del calambre del frío
y los charcos podridos de barrios peligrosos.

Si aullaba la ventisca, él aullaba más fuerte,
si el viento golpeaba, él era una tormenta
de fiebre contra el viento, un ladrido afilado
clavándose en la tarde arisca y turbulenta.

Fuera, los navajeros, los tipos desquiciados,
mujeres que se ofrecen a cambio de heroína.
Dentro, la estufa vieja, el mordisco inocente
de un perro que defiende a un niño con anginas.

jueves, 9 de junio de 2016

El ángel de España

En la antología de las vivencias seleccionadas en la convocatoria del premio Orola de vivencias del año pasado, me publicaron e ilustraron este texto.

EL ÁNGEL DE ESPAÑA
Nacido de un rayo, cayó sobre los Toros de Guisando. Enseñó a los íberos a cultivar, a los celtas a cantar, a fenicios y griegos a bailar. Montó en los elefantes de Aníbal. Crió los caballos que fascinaron a romanos y árabes. Lloró con los numantinos, con Hermenegildo, Boabdil y Francisco de Aldana y llora aún porque no logró desviar las balas que mataron a Federico. De todas sus misiones fue la más sutil e incomprensible clavar aquel puñalito de plata y luz en el pecho virginal de Teresa.

Apaga incendios y enciende corazones. A ciertos alumnos les sopla al oído las respuestas del examen; al policía inseguro le da bemoles; a la novia triste, belleza; al padre que no llega a fin de mes, la alegría de Eros en su alcoba. Arropa niños y mata sus monstruos y me consta que para el desesperado ordena el nacimiento de una estrella que lo guíe.

Ayer lo vi saltar por las terrazas persiguiendo al demonio de la vulgaridad y herirlo con claveles de hielo y lirios de sol. Sé que era él por su capa negra y su coleta de torero y porque maldecía en lenguas ibéricas plagadas de homerismos.

Le encanta reír con los niños y les asigna los ángeles más fuertes e instruidos y cada noche besa las frentes de sus madres, a quienes rinde toda su pleitesía. Cuando la luna y Venus inauguran la noche, montan guardia sus ángeles desde los campanarios.

Cada primavera invita a sus colegas europeos a echar una carrera desde los pináculos catedralicios de España: la recorren a grandes zancadas y a relámpagos, de torre en torre, sin tener que tocar el suelo. Tiene una talla en la iglesia San José Obrero de Madrid. Los incendiarios del 36 le perdonaron la vida por ser san José un obrero como ellos. Durante la guerra, se hizo experto en desviar balas rojas y azules. Y aún las sigue desviando, vengan de donde vengan.

lunes, 6 de junio de 2016

Gracias por sus hijos

El otro día, en la fiesta de graduación de segundo de bachillerato, descubrí que dos alumnos y una alumna a los que he dado clase en sucesivos años eran hermanos. No se parecían físicamente en nada, salvo en una cosa: eran educados, guapos y listos. Disfrutaron mucho revelándoseme como hermanos y, para redondear la cosa, llamaron a sus padres, que estaban allí en la fiesta, y que eran tan amables como ellos tres. Entonces les dije algo que me salió del corazón y que pienso repetir a partir de ahora para todos los padres con cuyos hijos haya yo disfrutado dando clase: -Gracias por sus hijos.

miércoles, 1 de junio de 2016

Un bocado en el bocado de Adán

Cuando en primero de BUP (lo equivalente a tercero de ESO) los compañeros de clase nos persiguieron por el recreo para darnos el bocado en la nuez a los novatos, que al parecer debíamos pagar ese tributo, no sabían que se las estaban viendo con, mira por dónde, el Polvorilla, o sea, yo, que, aunque no muy fuerte de cuerpo, era raudo cual solípedo corcel. Varios largos recreos tardaron en darme caza y, cuando lo lograron, tampoco sabían que se las estaban viendo con, ¡tachán!, el Remolino Giratorio, o sea, yo también, que me ponía a girar y a contorsionarme y a agitar en el aire todas mis extremidades superiores e inferiores como un rabo de lagartija a cámara rápida, lo que creaba a mi alrededor un campo de protección de miembros desatados y peligrosos, y solo lograron abatirme lanzándose todos a lo bestia contra mí y agarrándome de pies, manos y cabeza contra el suelo hasta dejar libre y al sol mi pobre y virginal bocado de Adán, donde dieron el bocado que aún tengo atragantado.

Esa tradición, que no sé de dónde viene, la agarran Marvin Harris o Mircea Eliade o Frazer y la convierten en rito iniciático de la pubertad o en desvirgamiento sublimado de púberes o en alarde de poder grupal o cualquier cosa que, dicha con términos rimbombantes, parezca más cierta que lo que realmente creo que era: una excusa más de los adolescentes para pasárselo bien, correr aventuras y competir, porque somos juguetones e imaginativos. Creo que ese es su significado antropológico.

domingo, 29 de mayo de 2016

Mecánico de un barco petrolero, segundo premio Orola de este año

Fernando Orlando Olasagasti, empresario y escritor, convoca cada año un premio literario de vivencias, género que él mismo cultiva, y este año me han concedido a mí el segundo con este breve texto donde la poesía a lo divino salva a un hombre de su soledad, su desgracia y su destierro. Me dieron el premio además el 24 de mayo, día de María Auxiliadora. Le debo muchas mercedes a la Virgen y no sé ya cómo agradecérselo.

La poesía y España son dos cosas que me gustan mucho y en ese texto vienen juntas y, encima, me lo premian. Es una razón más para amar a mi país que en él haya mecenas como Fernando Orlando preocupados por darle razones para la belleza y la esperanza en esta época donde cunden el feísmo y la desilusión. Me alegro de que me hayan elegido a mí para esa tarea. Os dejo, pues, con la vivencia por la que me han premiado (que, por cierto, también la han publicado aquí)

Mecánico de un barco petrolero (dedicado a Arturo Blanco)
En el Dimna, un barco petrolero que bordea las costas de África, se habla inglés, portugués, griego y árabe. Solo Arturo habla español, pero no tiene con quién desde que se embarcó en él para olvidar a España y, en ella, un amor.

Siempre anda en las entrañas del Dimna, con su mono sucio de grasa. Émbolos, poleas, tuercas, cadenas y motores ensordecedores lo cercan en la oscuridad. Y cuando dolor, suciedad y locura pesan sobre él más que todo el Dimna en sus anchas espaldas, se arrodilla y grita hasta la afonía los versos del único libro que encontró en el barco, en la maleta del difunto capitán, que lo sacuden y purifican en español y le ponen pájaros en los hombros y ríos en los ojos.

«Nuestro lecho florido, de cuevas de leones enlazado…».

Él arregla todas las máquinas del barco, pero a él solo lo arreglan esos versos. Puede fallarle todo, pero no ellos, fluviales, labrados en el mismo idioma con que su madre lo acunaba. Solo ellos lo levantan del suelo y le cincelan el corazón en el yunque de un ángel majestuoso y lo encienden de amor y luz cuando el alma se le pone negra como el carbón que lo ensucia. Ni la fealdad y la oscuridad de todos los Dimnas del mundo pueden con esa «llama de amor viva», esa «cristalina fuente», «las ínsulas extrañas».

Los motores son alemanes, pero qué bien se saben ya esos versos escritos en la lengua materna de Arturo para siempre, porque él los grita a pleno pulmón mucho más alto que ellos: «¡Oh bosques y espesuras, plantadas por la mano del Amado!…». Y ellos lo salvan de la locura, la desesperación, la grasa, el carbón, el estruendo.

Y la tripulación se ríe. No ve su catedral de versos transparentes. «Ya está aquí el loco», dicen. Pero tan solo a él, cuando atardece, le regalan sus saltos los delfines, porque nada es más puro que sus ojos.

sábado, 28 de mayo de 2016

Beethoven explicado para sordos, de Daniel Cotta

Que Daniel Cotta es un poeta como la copa de un pino no lo digo yo, que soy su hermano y su incondicional, sino las águilas de sus versos.

Con recursos como la originalidad de la perspectiva en cada poema, sus audacias verbales, sus extrañamientos léxicos, sus finales sublimes, sus imágenes ágiles y en acción ("las risas sin tallar de un par de niños", "A las dos del silencio (una en Canarias)/ se puso a entristecer"...) y la elegancia y precisión de la palabra elegida en cada contexto, el poeta honra y cautiva la sensibilidad del lector; honrado por ese recibimiento, el lector abre las puertas de su corazón, que era el verdadero objetivo del poeta.

Os dejo con un poema de Beethoven explicado para sordos, publicado por la Diputación de Córdoba y Accésit del XXII de Certamen de Poesía de Rosalía de Castro).

Te pasa como a mayo
Te pasa como a mayo con sus lirios:
que no te das ni cuenta.
No te das cuenta del aroma a risa
que embarga tu palabra y tu cintura.
No te das cuenta de que el día se abre
en tu pestañear, ni que la luna tiene
tus mismos ojos
y el resplandor de tu quererme.
No,
nunca te has dado cuenta.
Tu mano es un jazmín y no lo sabes.
La estela escrita de los meteoros
dice tu nombre sin que tú te enteres.
Y hay una embajadora de tu alma
con sede en mi interior. Y yo le cuento,
le pienso, le recito, le camino
y no te das ni cuenta.
Eso sí:
luego derramo sobre ti mi gozo
como la copa de un poeta ebrio,
como el loco que trae el paraguas del revés
de haber estado recogiendo amor.

jueves, 26 de mayo de 2016

De embarazos interrumpidos y ballenas que fallecen

Leo con cierta sorpresa esta noticia donde de una cría de ballena se dice .que "fallece". Seguramente al que redactó la noticia o el titular le pareció más fino decir "fallecer" que "morir", pero, si le parece más fino a pesar de que es un verbo que no se usa para animales sino para personas, es porque está ocurriendo un cambio paulatino en la mentalidad que consiste en humanizar a los animales y animalizar a los hombres.

Compárese el lenguaje de la noticia de la ballena con el tratamiento que se le da al nasciturus en esta otra noticia donde se habla de "fetolisis selectiva" de "un feto inviable" de 20 semanas por una cardiopatía y donde lo que parece lamentarse no es la "interrupción de la vida" mediante "punción" del "feto inviable" a manos del médico a petición de la madre, sino el hecho de que el médico se equivocó de "feto" e "interrumpió" la vida del sano, no de aquel que no tenía derecho a nacer. Eso sí, la noticia da la categoría de "bebé" a aquel de los gemelos que venía sano, porque, al parecer, la valía del nasciturus no depende de ser un ser humano, sino de su salud y del consentimiento paterno.

En la primera noticia la tragedia es que "fallece" un animal; en la segunda, que han matado al ser humano equivocado.

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domingo, 22 de mayo de 2016

De hojas y almas

Mirad todo lo que pueden decirnos las hojas de los árboles gracias a los poetas que ven en ellas mucho más que simples hojas o, mejor dicho, que las ven tan valiosas y bellas y reveladoras de la profunda y miseriosa belleza del mundo como realmente son.

El último verso es una verdad como un templo que yo percibo en cada instante de mi vida. Me siento doblemente agradecido por este poema: porque es muy bello y porque esa belleza ha llegado al mundo gracias a mi hermano Daniel.

Advertencia
Leed mis corazones igual que el barrendero
que acopia los vestigios del otoño.
Junta las hojas del millar de árboles
que una mano plantó mientras huía
y enloquecía para no morirse.
El barrendero las recoge y sabe
que en el envés se les conoce el dueño,
y las habrá de acacia, de arce, de álamo,
pero una savia las recorre a todas.
Guardadlas bajo piel, como hacen ellas
con los relámpagos del sol. Poseen
la huella de la luz, y hay dos razones
por las que pueden compararse a un alma:
por ser de oro y por haber caído.

De Daniel Cotta, de su poemario Beethoven explicado para sordos

sábado, 21 de mayo de 2016

Bendición para objetos

Estaba estrenando yo mi flamante ordenador nuevo, que he bautizado Paladio, cuando, espedepente, no me dejaba acceder a mis archivos porque me los había encriptado todos un virus malvado llamado Cerber que los dioses confundan y que me pedía por desencriptarlos no sé si unos quinientos euracos. Las informaciones que sobre él encontré en la Red eran desoladoras.

Pero he aquí que tengo seis hermanos uno de los cuales sabe de todo y más aún de informática y ha descabezado a este virus policéfalo y me ha dejado a Paladio inocente y limpio como un Adán recién hecho, y me ha aconsejado que lo bendiga. Así que he encontrado aquí esta bendición para objetos:

C. Oremos. Oh Dios, que con tu palabra todo lo santificas, bendice este objeto, y por la invocación de tu Santísimo Nombre concede la salud del cuerpo y la protección del alma, a cuantos usen de él, con ánimo agradecido, conforme a tus mandamientos y a tu Voluntad. Por Cristo Nuestro Señor. 

R. Amén. 

C. La bendición de Dios Omnipotente, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y permanezca para siempre.

R. Amén.

Para quien la necesite. Las bendiciones son saludables, gratuitas y hermosas, como las sonrisas.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Eduardo Nicol

Decía el filósofo español Eduardo Nicol que, aunque se achaca a los españoles poco respeto por las culturas amerindias al imponer la religión católica, había en ellos un sentimiento de igualdad con los indígenas, hasta el punto de que, en vez de dejarlos abandonados a sus costumbres, los querían fuera del error, porque los consideraban tan dignos de la de la fe como cualquier europeo, y los obligaban a abandonar los sacrificios humanos y ponían en el altar de la sangre una imagen de la Virgen y les enseñaban a enramarlo y ponerle flores.

¿Qué pensarían esos sacerdotes acostumbrados a la carne humana al ver a aquellos hombres barbados y bien bragados venerando a una Virgen que amaba las flores?


martes, 10 de mayo de 2016

Tres sueños de verdad

Soñé anoche que, entre un grupo de poetas o amigos, yo lanzaba al aire una cinta de la que pendían diez papelitos triangulares de colores con diez nombres de poetas y, como una bandada de pájaros unánimes, aquello echó a volar a las alturas hasta que lo perdimos de vista.

También soñé que, en una cripta, nos arrodillábamos (pero, salvo yo, ya no éramos los mismos) y recibíamos de un sacerdote la bendición para no sé qué misión crucial y santa.

Luego me vi con mis hermanos en la casa solariega de mi madre encendiendo la chimenea.

Son tres escenas que, en el sueño, eran la misma historia. A veces los sueños parecen novelas escritas en otro mundo y que el soñante vive como propias; otras veces parecen retazos de futuro. Pero estas tres escenas me parecen cosas que he hecho de veras en la dimensión onírica y que han dejado en mi memoria, en mi experiencia vital, en mi psique las mismas huellas que hubieran dejado de haber pasado en la vigilia. Me parece que esos nombres de poeta han llegado al cielo y que me han dado la bendición para no sé qué cosa que aún me falta por hacer y que, si ahora estoy tan contento, es porque me he calentado al amor de la lumbre con mis seres queridos.

jueves, 5 de mayo de 2016

Nuestro manual de Filosofía de 1º de Bachillerato, de Algaida

Este manual de filosofía ha sido un doloroso parto con un final feliz y parido por tres personas: María José Reyes Agudo, Antonio Montes García y yo.

¿Qué puedo decir a todos sino que lo recomiendo vivamente? Porque creo que es completo y claro, ameno de leer y agradable de ver en cada página, con cientos de actividades y con todo el contenido exigido por la LOMCE. Puedo asegurar que las tres personas del equipo no solo hemos cuidado la elegancia de la prosa y la expresión, sino que, además, hemos invertido mucha energía en que a la máxima claridad le corresponda el mayor rigor, con el auxilio constante de ejemplos, ilustraciones, ejercicios de los más variados y esquemas visuales. Incluso las ilustraciones, que a veces en los manuales de filosofía no vienen mucho a cuento y sirven solo de descanso visual, tienen en nuestro manual relación con el tema de que se trata.

Estoy contento con este libro y por eso lo anuncio. Podéis echarle un vistazo aquí.

Un abrazo para todos.

domingo, 24 de abril de 2016

Firma de ejemplares de Cometario; y más palabras nuevas para el mundo

Para quienes quieran, el domingo 1 de mayo, a las 19:00 en la caseta número 25 de la Feria del Libro de Sevilla, firmo ejemplares de mi Cometario.

Y con ustedes, las palabras que os regalan mis alumnos:

Atenea
-calicardia: buen corazón. "Todas las madres son calicardiacas"

Afrodita
-logoteísmo: creer en la palabra. "Dime que me has sido fiel y te creeré para siempre, porque soy logoteísta"
-logofagia: comerse palabras. "Profesor, no me suspenda si no está completa la definición de idea platónica; es que me como las palabras porque estoy logófoba perdida"

Hermes
-octometropía: visión ocho veces superior. "Gracias a mi octometropía puedo ver en aquella cumbre a dos hormigas boxeando"

 Hades
-litocosmo: piedra, del tamaño de un puño, de origen extraterrestre. "Soy tan listo porque de niño me golpeó la cabeza un litocosmo"
-pentepótamo: río de cinco afluentes. "Este río nunca se secará porque es pentepotámico"
-microcronoplusio: que es rico durante un breve periodo de tiempo. "Cada primero de mes soy microcronoplusio."

Ifigenia
-psicocalia: hermosura del alma. "No tienes somatocalia, pero sí psicocalia"

-Zeus: -onirografía: representación de los sueños. "Te mando, nena, el último sueño verde de mi onirógrafo, en el que sales tú"
-apistología: estudio de la infidelidad. "Según los últimos estudios apistológicos, cuando tu mujer o tu marido llega de madrugada y se ducha, es que te ha puesto los cuernos"
-Hieromanía: bendita locura. "Con mis amigos, hieromaníacos todos perdidos, me lo paso en grande"
-moirómetro: aparato para medir el destino. "¡Pepe, no cojas ese tren! Según mi moirómetro, morirás en él si lo coges."

Eneas:
-epicefálico: que está sobre la cabeza. "El sombrero un accesorio epicefálico"

Perseo:
-Demoginia: pueblo de mujeres. "Juan, vámonos este finde a Demoginia, que allí se liga un montón" -zoocéfalo: con cabeza de animal. "Quiero un disfraz zoocefálico para el carnaval"
-udemia: ausencia del pueblo. "No es un déspota. Es algo mucho peor: es un udémico: utiliza al pueblo en su beneficio"

 Lavinia
-megagrafía: letra grande. "Como tengo presbicia, me sale la letra muy megagráfica"
-melanemia: sangre negra. "Los hombres más longevos son melanémicos"

lunes, 18 de abril de 2016

Para los que quieran dejar de ver porno

Los que quieran dejar de ver pornografía pueden ver este vídeo casero tan sincero y simpático que ha grabado el actor Terry Crews.

El porno no produce efectos tan nocivos en todos, pero aquellos que alimentan el monstruito del porno en silencio y lamentan haber perdido mucho tiempo dándole al ratón y al manubrio hasta las tantas de la madrugada pueden encontrar un alma gemela en este actor que les puede ayudar a vencer esa adicción.

Respecto al porno hay dos actitudes que considero equivocadas: una es la vergüenza y el miedo a hablar de él y la otra es considerarlo inocente e inocuo. La primera lo convierte en tabú y, con tal de que no lo tachen a uno de ser un porneta, es mejor no hablar del asunto, que va alimentándose de ese silencio; y la segunda convierte el porno en actividad normal y aceptada y nos lleva a tachar de alarmistas a los que, como yo ahora, alertamos a los padres sobre el acceso tan fácil de los adolescentes a un material tan agresivo y adictivo. El porno es una plaga que, según compruebo, crece en silencio y por eso me gusta romper ese silencio. Al porno hay que perderle el miedo y el respeto.

La pornografía está haciendo estragos entre los varones más jóvenes, sobre todo entre aquellos cuyo despertar sexual ha estado acompañado desde el principio por ella, antes incluso de que tengan sus primeras experiencias sexuales. Es un fenómeno que no ha ocurrido tanto en generaciones anteriores, que no tenían acceso tan masivo, anónimo y variado a todo tipo de prácticas pornográficas a través de la Red.

Tiene el porno el efecto de embotar la sensibilidad sexual, de irritarla hasta el punto de que a un hombre habituado al porno puede que ya no le excite tanto ver a una mujer en bañador, sino que necesite estímulos más intensos. Con el porno, el porneta hace depender su excitación sexual del grado de intensidad de la imagen y, para mantener ese grado de excitación, tiene que ir buscando imágenes intensas y eficaces para él, lo que favorece que al final se acostumbre a prácticas, actitudes e imágenes  que antes le repugnaban o le parecían inmorales o agresivas.

Recuerdo la curiosidad y a la vez la tremenda vergüenza que yo sentía en mi juventud por ver una revista pornográfica y ahora me alegro enormemente de que mis curiosidades hubiesen quedado tan insatisfechas porque así las satisfizo o más bien las superó el amor real y no las morbosas imágenes del porno.

En fin, para quien quiera dejar de ver tetas, pitos y culos en las pantallas y prefiera volver a la realidad; para quien quiera ser el protagonista de la fiesta y no el espectador que se sienta a ver al espectador, aquí está Terry Crews.

sábado, 16 de abril de 2016

El poema de la semana

Una vez dijo un poeta a la mujer de otro poeta: ¿A que tu marido te dice que todos sus poemas de amor son para ti? Pues que sepas que es mentira.

¿No era un aguafiestas ese poeta? ¡Qué sabrá él!

DECLARACIÓN
Si me ves de camino hacia el trabajo,
cansado al regresar, y entre los libros
hora tras hora batallando en vano
para hilvanar tres líneas con sentido,
que sepas que es un modo de decirte
desde mi mudo corazón: te quiero.

Jacobo Cortines

viernes, 8 de abril de 2016

Más palabras nuevas para el mundo

Hécuba
-bibliarquía: el primer libro. "Yo tuve mi bibliarquía a los ocho años, cuando me leí Sinuhé el egipcio"

Fedra
-filofobia: odio al amor. "Nunca podré enamorarme. Soy filófoba. Veo a dos personas besándose y me dan ganas de pegarles".

 Dafne
-dermatografía: tatuaje. "No soy tatuador. Soy dermatógrafo"
-hipoterapia: curación con caballos. "Para curarse la depresión, le recomiendo dos sesiones de hipoterapia"

 Casandra
-necrolito: cadáver petrificado. "No me puedo comer este filete porque se ha convertido en necrolito"
-automaquia: combate con uno mismo. "No sé si tomarme un helado de fresa o de chocolate. ¡Qué terrible automaquia!"

 Circe
-megagastro: gran vientre. "No quiero ni pensar cómo sería una ventosidad del megagastro de ese dinosaurio"

Atalanta
-heterógino: que siempre le gusta la mujer del otro. "Mi heteroginia me impide ser fiel" 

Clío
-erototerapia: curación a través del amor. "Usted no necesita pastillas, sino una buena sesión de erototerapia conmigo"

Ártemis
-melomaquia: combate de música. "Entre los partidarios de Antonio Orozco y los de Sergio Dalma se produjo una melomaquia"
-teodérmico: de piel como la de los dioses. "Con esta crema se te pondrá la cara teodérmica y enloquecerán contigo"
-pirotricófilo: que ama los cabellos color del fuego. "Me voy a Irlanda a enamorarme de un pelirrojo, porque soy pirotricófila"

 Aquiles
-calolitofobia: miedo a las piedras bonitas. "Por culpa de mi calolitofobia no puedo llevar diamantes, sino solo pedruscos"

Deméter
-neozoo: animal nuevo. "El periquito de mi casa ha preñado a mi gata y ha salido un neozoo"

Terpsícore
-misofilia: amor al odio. "Yo soy muy rarito. Odio a la gente porque me encanta odiar. ¡Es superdíver!"

miércoles, 6 de abril de 2016

Mis alumnos de griego os regalan estas palabras

Hermes:
-cacofonofobia: miedo a los sonidos feos. Vg.: "Debido a su cacofonofobia aguda, cuando oye una palabrota, se desmaya".
-hemopótamo: río de sangre. "La palabra culta para el cine gore es cine hemopotámico" 

Briseida:
-xenología: estudio de los extranjeros. "Aunque soy de Lepe, sé más de los suecos que de los españoles, porque soy xenóloga"

Calipso:
-episelenio: lo que se muestra de la superficie lunar. "En el episelenio yo veo la cara de una mujer gritando"

Poseidón:
-endopotamia: dentro del río. "El río desde fuera es muy bonito, pero su endopotamia da miedo, porque está lleno de pirañas"

Eco:
-Plutonesia: islas de los ricos. "En casa de mi madre vivo mejor que en la Plutonesia".
-hexalogía: estudio del número seis. "Como hexáloga te digo que te cambies el número del DNI. Tiene demasiados seises, que es un número diabólico"
-melanemeria: día negro. "El colmo de la melanemeria de hoy ha sido que se me caiga el móvil por el inodoro"

Afrodita
-cratofobia: miedo al poder. "Señorita, no puedo ser delegada, porque soy cratófoba"
-melanofobia: miedo a lo negro. "Por favor, córtate las uñas, que las tienes negras y me da un ataque de melanofobia"

 Dafne
-ecofobia: miedo al hábitat. "Este mirlo ha muerto porque no soporta su hábitat. Sufría ecofobia"

Xena
-cronofagia: comerse el tiempo. "Este cómic es cronófago. Lo leo y se me pasa el tiempo volando"
-microfobia: aversión a lo pequeño. "Me da más miedo una pulga que un elefante, porque soy micrófoba"

viernes, 1 de abril de 2016

Concha Espina, Geling Yan y yo

Mi amigo, psicólogo y sexólogo, José Luis Sánchez de Cueto, ha tenido el detalle de dejarme en mi buzón un libro de Concha Espina que yo desconocía, titulado La virgen prudente, título inspirado como el mío en la hermosa fábula del evangelio.

Reconozco, para mi vergüenza, que no he leído nada de ella, al menos que yo recuerde, pero ya que ella ha llegado hasta mí, la leeré con el amor y el respeto que creo que merecen todas Las vírgenes prudentes.

Luego mi amigo Felipe me habló de una película que le recordó también mi novela y titulada Las flores de la guerra, basada en la novela de la china Geling Yan. Me impresiona saber que en China, tan alejada de España, sucedieron como hechos reales algo similar a la situación que invento en una novela ambientada en plena Guerra Civil española. He sido incapaz de averiguar qué novela salió antes, si la suya o la mía. Pero lo que está claro es que no teníamos el gusto de conocernos.

Siempre he pensado que las ideas se les ocurren a varias personas a la vez y a veces me da por pensar que las ideas están en un árbol gigantesco y que solo unos cuantos tienen agallas o talento de subir a las ramas más altas, donde están los mejores frutos, los que resulta más difícil bajar a tierra sin que antes se nos caigan durante el descenso.

Animo a los audaces a subir al árbol, meter los frutos en la mochila, bajar al suelo y plantar la idea hasta que se convierta en otro árbol. Esa es la vocación del escritor: aumentar el número de cosas hermosas en el universo.

miércoles, 30 de marzo de 2016

Morir en primavera

Iba hoy a hablar de la primavera, que ha venido y nadie sabe cómo ha sido. Pero hoy todo me parece una frivolidad, porque la sangre inocente de las monjas martirizadas en Yemen y de los mártires de la Pascua de Pakistán está clamando al cielo.

No hay cáliz que la contenga ni golondrinas que se la beban.

Yo, que celebro la vigilia pascual cada año, me siento especialmente identificado con ellos. Este año les ha tocado a ellos, pero otro año nos puede tocar a nosotros. Ellos somos nosotros.

No puedo dejar de admirar a esos cristianos de esas regiones remotas donde son una minoría mal vista y perseguida, como lo han sido en Europa tantas veces los judíos. Tienen la mala suerte de vivir bajo gobiernos musulmanes que los discriminan y de no contar con la ayuda activa de una Europa más preocupada por hacerse laica que por socorrer a los cristianos acogiéndolos aquí o colaborando activamente con todos los gobiernos para detener esa blasfemia que es matar en nombre de un Dios que es en realidad un demonio.


lunes, 28 de marzo de 2016

Entre la cena y la cama

He tomado una decisión de la que estoy contentísimo y recomiendo: abstenerme de Internet después de la cena y dedicarme a leer.

Hace muchos años que me liberé de la inercia de ver la tele antes de dormir, pero luego caí en la inercia de bichear por Internet saltando de un sitio a otro y leyendo oblicuamente. Quizá otros se sientan a gusto leyendo en la Red todo lo que ella nos ofrece, que es mucho, pero, en mi caso, me dispersaba, me hacía ir por aquí y por allá, de modo inconexo y fragmentario. 

Así que ahora que he vuelto a la paz de la lectura serena y profunda, me siento como un patriarca que lee a Homero mientras en mi huerto crecen los árboles por la noche.

Teniendo en cuenta que tengo en mi biblioteca más libros de los que me va a dar tiempo a leer en esta vida, lo mejor que puedo hacer es volver a las buenas costumbres.

Recomiendo volver a este diálogo con los sabios que nos han precedido. Es de las mejores cosas que se pueden hacer entre la cena y la cama.

Si después de una cena frugal y sana y de leer un buen libro, te vas a la cama en buena compañía, ¿qué más le puedes pedir a la vida? ¿Cómo no vas a dar gracias?

sábado, 26 de marzo de 2016

Esclavismo, racismo y abortismo

Un argumento habitual de los abortistas es el de apelar a la libertad: "No aborte usted si quiere, pero no se meta en la vida de los demás".

Imaginemos ese mismo argumento en boca de los esclavistas: "No tenga usted esclavos si quiere, pero déjenos a los demás tenerlos".

Nadie dudaría en decirle: "Es que nadie puede tener esclavos".

Abortistas, racistas y esclavistas coinciden en hacer distinciones entre ser humano y persona; de esta manera, a los seres humanos que no sean personas los podemos utilizar, esterilizar o matar. Precisamente para poderles hacer eso es por lo que les niegan la condición de persona. Del mismo modo que no se puede torturar a una víctima si antes no la deshumanizamos, así tampoco se puede defender matar al nasciturus sin deshumanizarlo antes. Eso explica lo indignados que están algunos antiabortistas porque este anuncio de Doritos se atreve a humanizar al nasciturus. Mal andamos si humanizar al nasciturus se considera un problema.

Muchos defienden el aborto con buena intención, creyendo que así ayudan a la mujer y que el nasciturus no tiene derechos ni es persona. Pero no se dan cuenta de que incurren en el mismo tipo de argumento deshumanizador de racistas y esclavistas.

No queda, pues, otra opción que no distinguir entre ser humano y persona. De esta manera nos aseguraremos de que nadie podrá decir que un ser humano, por ser negro o no estar aún formado o estar en coma, no es una persona y puede ser eliminado.

viernes, 18 de marzo de 2016

De lo que me pasó con Verónica

Alguna vez ha salido el tema del espiritismo en clase y entonces les he contado a mis alumnos que, a mis diez o doce años, se puso de moda invocar a una tal Verónica preguntándole por cosas ocultas y futuras y ella supuestamente respondía gracias un mecanismo consistente, si mal no recuerdo, en un catecismo colgando de un hilo de lana que colgaba a su vez de unas tijeras que sostenían varias personas. Pues bien, nos pasamos varios amigos toda una tarde preguntándole a Verónica las preguntas que podían caer en el examen del día siguiente. Era una tarea tediosa, porque las preguntas que podían caer eran casi cien, y Verónica se tomaba su tiempo en responder a través de nuestros deditos asustados y, según recuerdo, solo podía decir sí o no. El caso es que al final nos señaló diez preguntas. Y esas fueron las que nos estudiamos. Mas he aquí que al día siguiente no cayó ninguna de esas dos preguntas. O Verónica era un cuento chino o tenía muy mala idea y nos la jugó bien.

Yo suelo aconsejar a mis alumnos que se dejen de ouijas y demás espiritismos, porque o son un camelo y por tanto una pérdida de tiempo o, si funcionan, no puede ser por nada bueno; y que, si existe Dios, es mejor rezarle a él directamente y confiar en que, aunque desconozcamos lo oculto y lo futuro, va a pasar lo mejor. Ya san Agustín nos dejó claro que hay con Dios conexión directa.

Y entonces les cuento la historia de Verónica.

lunes, 14 de marzo de 2016

Jacoz

Asistí en cierta ocasión a una misa en Toledo y una feligresa muy mayor leyó las lecturas con una voz juvenil y bella que sorprendía en su edad. Pero lo que más me sorprendió fue la manera que tenía de pronunciar "Isaac", "Jacob" e "ignorar": Isaaz, Jacoz e iznorar. Los niños que me acompañaban me preguntaron qué me sonaba peor Isaaz o Isaá, o sea, a la manera toledana o a la manera andaluza. Y yo les dije que me parecía menos feo Isaá, porque, puestos a cometer un error, me parece menos malo comerse algo que poner algo equivocado.

Digo esto no muy convencido porque, por otra parte, cuando dice algún andaluz er papé en vez de "el papel", no solo me suena vulgar ese artículo, sino también que no se pronuncie la ele final. Es algo en lo que me hizo reparar mi amigo Felipe.

Algo en mi sentido de hablante me dice que comerse las consonantes finales que no sean eses ni des queda vulgar (verdá no me suena tan mal como yogú); y que queda peor aún cambiar de sitio las vocales y comérselas (naide y Uropa en vez de "nadie" o "Europa") o poner consonantes o vocales donde no corresponda (arto, defezto, leuro en vez de "alto", "defecto" o "euro").

Son cosas que digo con frecuencia a mis alumnos, porque hay maneras de hablar que inevitablemente se achacan a la ignorancia o la vulgaridad del hablante y que nos impiden muchas veces ser aceptados en un trabajo o en ciertos círculos.

lunes, 7 de marzo de 2016

¿Permito el gorro en clase?

Con mis alumnos del nocturno, ya mayores de edad y todos encantadores, me ha pasado algo curioso que os quiero consultar. Cuando uno llega a clase con la cabeza cubierta por un gorro o una gorra, le pido que se la quite. Pues bien, el otro día se lo dije a uno de mis alumnos que llevaba un gorro de lana y él obedeció, pero me sugirió que le diese la misma orden a una chica que llevaba exactamente el mismo gorro de lana que él. Reconozco que yo no había reparado en el gorro de esa chica, pero es porque nunca les digo a las chicas que se quiten sus gorros, pañuelos, cintas, pamelas o lo que sea que traigan en la cabeza. Así que dije esto más o menos: “Las normas de educación, que yo no he inventado pero que nos sirven a todos de guía, dicen que los varones se descubren en lugares cubiertos pero las chicas no”. Y como prueba de aquello me puse en clase mi sombrero para que vieran qué impropio era dar clases con él puesto. Pero entonces la chica, en solidaridad con el chico o para que no se sintiera agraviado, se quitó su gorro de lana y hubo una rebelión dialéctica contra mí. Alegaban todos que esa norma era absurda y anticuada y que atentaba contra la igualdad. Yo vine a decirles que en la cortesía no es la igualdad el valor más importante, sino la gentileza, el respeto, la gracia, el buen ejemplo, los modales, la tradición… Pero no pude convencerlos. Les hablé de la caballerosidad, de cómo en el Titanic murieron muchos más hombres que mujeres porque fueron caballerosos. Les dije muchas cosas, pero no los convencí. Luego he consultado el asunto con varios profesores y todos son partidarios de o bien permitirles el gorro a todos o no permitírselo a nadie, porque en clase todas las personas son alumnos, y no individuos de diferente sexo. Y me he quedado solo. Así que solicito vuestro criterio. ¿Qué hago con los gorros de mis alumnos? Hay tres posibilidades:

-dejar que las chicas lo lleven, pero los chicos no, como he venido haciendo
-pedir a chicos y chicas que se lo quiten
-dejar que chicos y chicas lo lleven

Otra cuestión es el velo musulmán, que dejo para otro día.

viernes, 4 de marzo de 2016

Cuesta arriba y cuesta abajo

Comentando ayer la opinión que a Sócrates le merece la muerte, explicaba yo a mis alumnos la diferente perspectiva que, debido a nuestra diferencia de edad, ellos y yo tenemos de la muerte. Dibujé una montaña y a ellos los puse subiendo la cuesta sin haber llegado a la cima, la cual les impide ver que, al otro lado de la montaña, donde ya estoy yo, la cuesta abajo conduce al precipicio de la muerte; en esa imagen, ellos van cuesta arriba preguntándose qué maravillas les aguardan en la cima y viven como si nunca fueran a morir, mientras que yo ya he llegado a la cima y he oteado el horizonte y he visto al fondo el abismo y hacia él me encamina la cuesta abajo del tiempo y, si miro de frente, no tengo más remedio que ver el abismo al fondo, a no ser que ande de espaldas o de lado.

Y he aquí que un alumno me dijo:

-Profesor, la muerte está en todas partes, en la cuesta arriba, en la cima y a los lados, en todas partes y en cualquier momento.

Y entonces taché, con toda razón, la maravillosa montaña de la pizarra.

Muchas veces pasa que a uno se le ocurre una idea que se le antoja muy fiel a la realidad no porque lo sea sino solo porque le parece ingeniosa o ilustrativa. La montaña era una de esas ideas más pedagógica que verdadera, porque, desde que tengo memoria, me recuerdo, como ese alumno, muy impresionado con la certeza de que la muerte, como la vida, está en todas partes.

Esta es una de las ventajas de trabajar con adolescentes: la frescura con que miran el mundo.

miércoles, 2 de marzo de 2016

Caigo por segunda vez

Hace un mes, yendo al curro, me caí de la bici aparatosamente y nadie acudió en mi ayuda. Así se lo conté a mis alumnos, que se llevaron sin querer una mala imagen del ser humano. Pero he aquí que hoy me he caído por segunda vez y cuatro personas han acudido a preguntarme si estaba bien. Y así se lo he contado a mis alumnos para que recuperen su fe en el ser humano. Pero mis alumnos no estaban, como yo, tan preocupados en la bondad o maldad del ser humano, sino en mi integridad física.

Y, sin querer, se han sumado a todos esos desconocidos que se han interesado hoy por mi salud.

Así que estoy contento con el mundo y, además, me he hecho el propósito de bicecletear con más prudencia, como si tuviera taypico años y no diecitantos.

lunes, 29 de febrero de 2016

Murciélago

Siempre me ha parecido que de un modo u otro favorecen la crueldad tanto las opiniones que igualan en valor un perro y un niño como las que no tienen en cuenta el sufrimiento de los animales. La crueldad con nuestros hermanos pequeños los animales deshumaniza al hombre, que tiene el deber de velar por todo lo que está a su merced, que es casi todo. Me gusta cómo este poeta me ha inspirado este pensamiento.

MURCIÉLAGO
Siendo niño, has visto muchas veces
la pasión y muerte de un murciélago,
clavado en una puerta por sus alas,
y al que por irrisión se ponía un cigarrillo
en la boca; y has oído
su grito y la risa de los crucificadores.
¿Cómo soportarías luego los iconos, los relatos
de la cruz de Cristo. Porque,
¿acaso bajaste de su cruz a algún murciélago?
(De José Jiménez Lozano)

jueves, 25 de febrero de 2016

Mi primer día de clase

Aún recuerdo la ilusión y el miedo con que entré en un aula yo solo mi primer día de trabajo como profesor, una ilusión y un miedo que se repiten cada inicio de curso.

Fue en una clase de latín de segundo de BUP, lo equivalente ahora a cuarto de ESO. Llevaba cinco minutos de clase cuando dije que también daríamos, además de lengua latina, mitología y, entonces, un alumno entusiasmado dio una palmada gritando "¡Bien!" y yo, nerviosito perdido como estaba, interpreté aquel gesto como una insolencia, como una disrupción malintencionada y lo expulsé de clase con un grito más fuerte que el suyo, y el chico salió de allí todo colorado.

Durante el resto del curso se esforzó por demostrarme que él era un buen alumno y, de hecho, lo era de modo natural, sin hacer esfuerzos. Y así fue como aprendí que los primeros días no había que precipitarse; que era mejor observar bastante antes de tomar la decisión de aplicar un castigo; que la mayoría de la gente reacciona bien cuando la tratas con simpatía y respeto; que solo conviene castigar a la persona que, después de ser respetuosamente advertida varias veces, interpreta el respeto y la amabilidad como debilidad y estupidez y entonces continúa con su conducta irrespetuosa.

Pero sigo disfrutando como un enano cada vez que a mis alumnos se les abren los ojos con las cosas que les cuento en las clases.

Dios los bendiga.

lunes, 22 de febrero de 2016

Órgano y saxofón

Estoy encantado con dos conciertos a los que he asistido.

El primero fue el Concierto de Navidad en mi instituto, donde dos muchachos tocaron un palo flamenco con la guitarra y la trompeta. Y el segundo ha sido durante la misa de este domingo en mi parroquia de Santa Cruz en Sevilla, donde dos ingenieros aeronáuticos han tocado el órgano y el saxofón y nos han llevado a todos un poco más cerca del Cielo o, mejor dicho, nos lo han bajado de las alturas, quizá porque está aquí y no lo sabíamos hasta que hemos oído tan alta música.

En la Cartuja de Granada y en la de Miraflores de Burgos, los cartujos elevaron la arquitectura y la escultura a una belleza inusitada para que, al entrar allí, nos sintiéramos en el preámbulo del paraíso, de aquello que "ni ojo vio ni oído oyó". El ojo humano necesita toda esa maravilla visual de volutas, columnas, torbellinos de ángeles, flores de acanto y cúpulas a las estrellas, para hacerse una idea de lo que "ni ojo vio". Muchos arquitectos, pintores, escultores, escayolistas, imagineros hacen falta para todo eso.

Pero el oído humano, como bien sabía Bach, no necesita tanto. Basta un órgano para levantar en un momento un sinfín de catedrales góticas infinitas buscando en los espacios locamente a Dios para traérnoslo al corazón. Si además el añadimos un saxofón, entonces se nos abren los cielos.

Y para quien quiera oír otra vez el órgano y el saxofón, pueden ir a una de las iglesias más bellas de Sevilla, que quemaron durante la Segunda República y salió bellamente indemne, la iglesia de San José, en calle Sierpes, este jueves próximo, a cargo de dos ingenieros aeronáuticos. El dinero recaudado servirá para restaurar el templo, donde, por cierto, los pájaros de los franciscanos cantan durante en el concierto escondidos tras el retablo.

sábado, 20 de febrero de 2016

Un poema de Luis Alberto de Cuenca

Decían los griegos que el amor es un dios, y los cristianos dicen que Dios es Amor. Y este poema dice, según yo lo entiendo, que el amor es lo único que queda cuando nada queda y lo único que salva cuando todo condena. Por eso me gusta tanto y os lo mando en un moisés por el Nilo de Internet, porque, aunque llevo a mis espaldas una buena carga de dudas, de una cosa estoy seguro: si algo es la verdad, es el amor y, si algo es Dios, es Amor.

MOISÉS
Dame la mano. Hay que cruzar el río
para llegar al otro lado, y siento
que las fuerzas me faltan. Cógeme
como si fuera un bulto abandonado
en un cesto de mimbre que se mueve
y que llora a las luces del crepúsculo.
Cruza el río conmigo. Aunque sus aguas
no replieguen su cauce ante nosotros
esta vez. Aunque Dios no nos asista
y una nube de flechas acribille
nuestras espaldas. Aunque no haya río.

(Cuaderno de vacaciones, de Luis Alberto de Cuenca)

miércoles, 17 de febrero de 2016

El totalitarismo laicista

Si una de las características del totalitarismo es la intromisión del Estado en nuestra vida privada, entonces la pretensión laicista de que las personas nos dejemos en casa la religión cuando estamos en el ámbito público es totalitaria, porque yo soy la misma persona en mi casa que en mi trabajo y creo en Dios tanto en un sitio como en otro. Sin embargo, está muy extendida la idea de que la religión solo puede mostrarse en el ámbito privado. Me he dado cuenta de que, cuando en mi trabajo o en el mundo de los escritores, le digo a alguien que rezaré por él o digo sin morderme la lengua que creo en Dios, la gente no sabe cómo reaccionar, porque se ha creado un ambiente laicista desfavorable a ese tipo de opiniones.

Habermas, que era un filósofo que se definía con toda humildad como persona "sin sensibilidad religiosa" (religiös unmusikalisch), en una conferencia pronunciada en 2001 en la Paulskirche de Frankfurt del Main, dijo que no se le puede exigir al ciudadano religioso que prescinda de su convicción religiosa cuando participa en el discurso público.

No puedo prescindir de mi sensibilidad religiosa, igual que no puedo prescindir de mi sensibilidad artística, y cuando hago mi trabajo, trabo mis amistades o hago un discurso, soy quien soy, y solo una persona totalitaria puede pretender que me guarde la palabra "Dios" en el bolsillo.

Una cosa hermosa y libre es que en un Estado aconfensional nadie tenga obligación de profesar religión alguna y otra cosa, fea y liberticida, es que en el ámbito público sean posibles cualesquiera manifestaciones humanas, menos las religiosas.

martes, 16 de febrero de 2016

El varón proveedor

Recuerdo la sonrisa de satisfacción con que mi padre me contó la tremenda alegría que le dio poder invitar a una ronda a sus amigos cuando ganó su primer dinero. A mí me pasó lo mismo. Ahora entiendo por qué dice que Marvin Harris que los primeros jefes no surgieron por usar látigo, sino por usar la generosidad. La alegría de la fiesta, el saber que ha sido su generosidadquien la ha hecho posible,  la abundancia ganada con el sudor de la frente, es lo que anima al varón proveedor de la barbacoa familiar cuando entra con la bandeja repleta de carne para dorarla al fuego y repartirla como un gran señor que ha luchado en el bosque con la bestia que ha despedazado para nosotros.


sábado, 13 de febrero de 2016

Gusanos de seda, de José María Jurado

Lo mejor de la poesía de José María Jurado son sus imágenes, su elegante majestad y su contundencia, puestas al servicio de una atmósfera atemporal en medio de la que una voz de sacerdote convoca a elementos naturales y personajes de tiempos y espacios diversos a construir el poema como una catedral gótica apuntando al infinito. Esa atmósfera traslada al que recibe los poemas a una región más alta y envuelve su sensibilidad.

Buen ejemplo de ello es “Luna llena en Piazza Navona”, donde la luna llena “alumbrando los ojos de los muertos/ viene a pasar revista a sus legiones”; o “Folías de España”, donde la vida y la muerte danzan con el tiempo inexorable.

Mis poemas favoritos son “Bulbos”, que es la transfiguración de las flores en el Tabor de la poesía; “Miércoles de Ceniza”, cuya fabulosa descripción tiene lo mejor del Apocalipsis y del microrrelato con sorpresa final; “Spaghetti Western”, por la virilidad que rezuma; “Let it be”, por la magnífica manera de contar una historia magnífica; “Ya Rabbi Yasou”, un sentido y hermoso homenaje a los ventiún cristianos coptos asesinados por los islamistas en las playas de Libia o, quizá, más que un homenaje es un himno, tal como los del Peristephanon de nuestro Prudencio; y el poema final, el número 33, que termina abriendo los cielos.

Aquí os dejo con "Heideggeriana", un hermoso poema que es a la vez filosofía viva y plegaria profunda.

Viento del ser, condúceme hasta el claro
del bosque por senderos de palabras y hojas
tamizadas de luz y de conciencia pura.

Viento del ser, concédeme el lenguaje
ligero de los pájaros, la rama
donde mirar al sol para aguardar la noche
y hundirme en el crepúsculo de Dios.

Derriba la caña del pensar,
viento del ser, que todo sea acción,
acción y voluntad fundadora del mundo.

Tú que agitas las copas de los árboles
sacude nuestra angustia al filo de la muerte
y extiende nuestro tiempo más allá del abismo.

Así sea.

Gracias, José María, por aumentar con tu libro el número de cosas hermosas en el universo y porque labras una poesía de luz, no de la oscuridad.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Dilema

Imaginemos que tu mejor amigo se empeña en organizar una fiesta para celebrar que ha descubierto que él es en realidad no un hombre, sino un extraterrestre. No está loco, sino que sencillamente está firmemente convencido de que es así. Y te invita. Para él es el acontecimiento más importante de su vida ha sido ese descubrimiento gracias al cual ha entendido muchas cosas oscuras del mundo. ¿Irías a la fiesta o intentarías convencerlo de que vaya a un psiquiatra?

domingo, 7 de febrero de 2016

Un pincel con mi pelo

Nunca olvidaré el día en que quise inaugurar la acuarela que me regalaron por mi primera comunión y no encontraba pincel por ninguna parte y he aquí que madre me hizo uno con unos palillos de dientes y un mechón de mi pelo entonces copioso.

Nunca he dibujado tan bien como aquel día. Desde entonces no hago más que dibujar  a mi madre en mi imaginación con los colores más frescos y transparentes de todas las acuarelas, joven, sonriente, hacendosa entre las flores que huelen a ella.


miércoles, 3 de febrero de 2016

Palomas y serpientes, de Enrique García-Máiquez

Doy mi más cálida bienvenida a este libro inteligente, variado y sutil que me ha abierto muchas ventanas con sus chispazos de luz. Lo que más me ha cautivado son sus definiciones, que dan todas en el clavo y, encima, con elegancia, originalidad y, sobre todo, con intuiciones que, si no son la verdad, se le acercan bastante. No es un libro de greguerías ni de juegos de palabras ni de imágenes sorprendentes ni de ingenios. Es un disparador de estrellas para que cada cual ilumine su cielo nocturno y personal. Ahí van algunas de las que han iluminado el mío. 

Buena travesía a todos.


Quisiera no hablar tanto de Dios; pero decidme algo mejor.

Cuando uno se arrepiente de haber sido bueno, fue tonto, no bueno.

Mi corazón -tac, tac, tac, tac- llama sin cesar, pero qué pocas veces le abro.

Humor: tres letras de humildad y de amor también tres.

Lo peor de aspirar a la fama es que te lleva a envidiar a quien no admiras.

Si el precio de ser feliz es que los tristes piensen que eres tonto, es bastante barato.

La gracia es la belleza en movimiento: fugándose del tiempo.

El alma que se queja en los aullidos de un perro maltratado es la del que lo maltrata.

Tanto afán por la igualdad sólo nos alcanza para repetirnos: "Nadie es más que yo", en vez de: "No soy más que nadie".

Pensar es no estar de acuerdo con nuestras propias ideas.

El tiempo es la paciencia de Dios.

Se puede ser muy bueno y estar muy triste, pero es imposible estar muy alegre y no volverte más bueno.

La poesía es lo que no hace falta que se necesita.

Hay que ser muy famoso para que te cite un tonto.

Clásico es el libro al que teníamos que haber llegado antes.

La mejor poesía es una reseña de la creación del mundo.

sábado, 30 de enero de 2016

Carta a Eloy Sánchez Rosillo

Querido Eloy:

 Me leí estas navidades tu hermoso libro de poemas Quién lo diría porque me lo recomendó vivamente José Julio Cabanillas y quería felicitarte. Aunque solo te conozco de leerte, con pocos poetas siento tanta comunión espiritual como contigo, porque a mí el impulso poético también me lleva a agradecer, a maravillarme y a cantar y celebrar. Tú lo haces con una sencillez abrumadora, como si lo maravillosas que son las cosas te lo estuviese diciendo al oído. Se respira en tus poemas el aire de los primeros días, cuando el mundo, como en Homero, era humano y las estrellas y la luna, la luz, el río, el aire tenían tentaciones, intenciones, antojos, gestos, detalles, y todo eso dicho con una voz celebradora al amor de la lumbre y de las estrellas y con una puerta abierta al mundo místico de lo invisible, aunque la voz del poeta no se atreve a atravesarla del todo, quizá porque es demasiado intensa la luz. En ti poeta y profeta es lo mismo: poeta porque encuentras la belleza escondida y profeta porque la revelas como una gran verdad.

Gracias por revelaciones como esta.

Símbolos
Que una luz tan terrible y poderosa,
tan toda en llamas sin contradicciones
como la de esta tarde de agosto, al fin dé muestras
de fatiga y desánimo, es algo que nos dice
de una manera misteriosa y tácita,
y a través de unos símbolos hermosos,
que hay piedad en el mundo, compasión,
que nada es para siempre, para siempre,
y que al cabo la noche llegará a socorrernos
con la indulgencia de sus paños húmedos.

jueves, 28 de enero de 2016

Bailarinas tartesias

No hubo un momento de mi vida en que yo tomase la decisión de ser escritor. Lo que sí hay en mi memoria momentos en que mi vida pendía literalmente de la literatura. Me recuerdo a medianoche, con veinte años, escribiendo unas coplas a una bailarina tartesia bajo la luna, que eran malísimas, pero que en aquel momento me salvaban de la desesperación y eran mías y las escribía con una necesidad espiritual y biológica donde vibraba lo más genuino de mí, aunque yo no había visto a ninguna bailarina tartesia en mi vida.

Sin esas coplas yo habría dejado de ser quien soy. Cuando me dicen que escribir me priva de vivir, siempre pienso que sigo vivo gracias a que escribo. ¡La cantidad de estrellas que he visitado gracias a la escritura! ¡La cantidad de demonios que he matado a lápiz limpio!

Si alguna vez te enamoras de un poeta, recuerda a qué criatura solitaria, obsesiva y necesitada de amor y, a la vez, de soledad y de estrellas quieres consagrar lo más bello y puro de ti.

miércoles, 27 de enero de 2016

En el metro

Seis años fueron novios y más años hace que rompieron, cuando, de pronto, se encuentran en el metro.

-Yo creí que te habías muerto –dijo ella-. Como siempre decías que morirías joven...

-Pues estoy vivo y solo.

-Y yo, porque no encuentro a nadie que me aguante. Pero no me quiero morir sin decirte que eres el único hombre que he amado.

-¿Nos tomamos un café?

Y ya son novios otra vez. Desde entonces en el metro ella se encuentra con gente que le alegra el día.

Lo importante del metro no es adónde te lleva, sino a quién te presenta.

miércoles, 20 de enero de 2016

El día en que me hice el longui

Nunca olvidaré el día en que un alumno me dijo durante un examen de filosofía:

-Profesor, que no me acuerdo bien del título del libro de Nietzsche.

Yo le dije:

-Es algo de Zaratustra.

-Ah sí.

 Y se puso muy contento. Cuál fue mi sorpresa cuando al corregir mi examen me encontré con el siguiente título: Zaratustra dijo hacin

Al día siguiente le dije.

-Has batido el récord: una palabra de tres letras la has escrito con cuatro faltas de ortografía. Solo la “a” está bien.

Este alumno repitió el curso con mi asignatura y otra más en segundo de bachillerato. Al año siguiente repitió solo con la mía. Me enteré, con el tiempo, de que era huérfano de madre y que tenía a su padre inválido en la cama y que él era el mayor de sus hermanos. Suspendió en junio (apenas venía a clase) y, entonces, en septiembre le hice el examen a él solo. Y he aquí que, para mi disgusto, vi cómo debajo de las piernas tenía una chuleta. Y me pasé durante todo el examen agobiado sin saber qué hacer: ¿le digo que me entregue la chuleta y lo suspendo otra vez y lo condeno a seguir un año sin el título o bien hago la vista gorda?

Decidí hacerme el longui. Pero, luego, todo el mundo al que le cuento esto me dice que debería al menos haberle hecho saber que me había dado cuenta de su engaño.

¿Qué habrías hecho tú?

lunes, 18 de enero de 2016

Los "de pronto" de los sueños

Fue el de anoche un sueño plácido, de gente amable y escenas cotidianas en la calle, donde hablábamos unos amigos o familiares mientras saludábamos a conocidos y vecinos que pasaban a nuestro lado. Había frente a nosotros un hombre sentado en un banco o de pie en un portal (eso no lo recuerdo bien) y, de pronto, en lo más apacible del sueño, sacó de no sé dónde un pedazo de pistola y disparó a un guardia civil que pasaba, también de pronto, en coche por la calle y lo mató y salió huyendo.

Que yo recuerde, el sueño terminó así.

Me desperté con la sensación de que el sueño era una premonición o un olvidado recuerdo del pasado, porque tenía todas las características de la realidad: escena cotidiana, sin elementos absurdos ni fantásticos y, de pronto, un elemento inesperado. Después tuve la sensación más bien de que el sueño lo había dirigido un director de cine y que había buscado ese efecto de sorpresa y que todo lo anterior no había sido sino el escenario necesario para el golpe final. Y ahora tengo la sensación de que el sueño, hurgando en el armario de mis miedos, no hace sino reflejar, de un modo que yo ni me esperaba, mi preocupación por la nueva era de terrorismo que según tantos agoreros nos espera durante este siglo.

Supongo que lo más sensato es pensar que en realidad el sueño lo ha elaborado sin ninguna intención mi subconsciente y que soy yo el que luego lo complica todo con las interpretaciones. Pero hay algo en los sueños tan vívido e incomunicable, que, como la poesía o lo sagrado, se resiste a la lógica de esas explicaciones. Ese maravilloso algo me mantiene agradablemente unido a un mundo místico de realidades invisibles y del cual me retira violentamente la vigilia.

viernes, 15 de enero de 2016

Moriré no sé qué año, pero a finales de febrero

Contra lo que se suele decir, el 25 de diciembre se escogió como fecha del nacimiento de Cristo no para asimilar una fiesta solar pagana, sino porque existía la tradición de que la fecha de la muerte es la misma que la de la concepción y, si Cristo murió en abril, tuvo que ser concebido en diciembre. Aquí la explicación.

Según eso, yo, que nací el 23 de noviembre, moriré a finales de febrero, ojalá no el de este este año, porque me quedan muchas cosas aún por hacer.

Ya sé que no sabemos el día ni la hora. Pero estaré atento cada vez que venga febrero.

Por cierto, lanzo al aire una propuesta de una chica de catorce años y que me parece la mar de interesante: que los 29 de febrero de cada año bisiesto sean hiperfestivos y que toda la Humanidad celebre su existencia, desde que empiece el día hasta que termine.