martes, 1 de septiembre de 2015

Que te pego con mi espadita mala

Amigos, ¿qué tal?

Empiezo septiembre con una lista de diez propósitos (morales, deportivos, profesionales, literarios, familiares y espirituales).

Uno es hacer 45 minutos de deporte tres veces a la semana en casa, para darle no solo a la cabeza sino al cuerpo; y otro es acabar una novela que me tiene absorto. Es curioso que esa novela surgió de pronto el verano pasado, pero nutriéndose de elementos, personajes, situaciones y emociones que llevaba años rumiando y que de pronto han tomado cuerpo. Cuando la inspiración viene, viene y, si hubiera decidido no venir, esos elementos dispersos habrían estado dándome vueltas en la cabeza hasta la tumba sin convertirse en novela. Así que estoy contentísimo, pero agobiadísimo, porque la novela, mientras se va escribiendo, se encuentra con escollos, cruces de caminos imposibles, incoherencias que no sé cómo resolver, asuntos en los que me tengo que asesorar y, para colmo, cualquier cosa interesante que me dicen u oigo, cualquier nombre o frase que oigo al azar, me sirve para algo de la novela, me cubre un hueco, me aparta un árbol que me permite por fin ver un claro en el bosque...

Y, en fin, para que os riáis un poco, este año he enseñado a un grupo de chicas adolescentes a jugar a la brisca; las vi jugar tanto con la baraja inglesa, que me propuse enseñarles a jugar con la española, pero tuve la mala fortuna de contar con una baraja que parece fabricada por los chinos. Mirad, si no, a la sota de espadas, que parece que nos está diciendo:

"Huy, que te pego con mi espadita mala".

Así que las chicas prefirieron el parchís. Por cierto, perdí en todas las partidas.

Me alegro mucho de volver a estar aquí con quien tenga a bien entrar en esta casa.

9 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
espero leer la novela más pronto que tarde.
El dibujo del naipe es espantosísimo.
Celebro su vuelta.
25 neutonios.

reyvindiko dijo...

Yo creo que la carta está inspirada por la ideología de género

Retablo de la Vida Antigua dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Retablo de la Vida Antigua dijo...

La sota, en las barajas como Dios manda, tiene gesto de altiva indiferencia, insolencia de paje al fin, no ese mohín desganado, impropio para un juego alegre y despreocupado como la brisca.
Saludos, don Jesús.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Dyhego, usted es uno de mis alicientes.
25 neutonios septembrinos

Jesús Cotta Lobato dijo...

Reyvindiko, sí, porque no se puede tolerar que todas las sotas sean viriles.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Retablo, prometo comprar una baraja española en condiciones, de Heraclio Fournier. Y gracias por informarme de que la sota es un paje. Reciba usted mis saludos.

Anónimo dijo...

Jesús, no te quejes, que yo tengo que jugar con la baraja del Nesquick y la de Peppa Pig. Como para enseñar a nadie a jugar... Espero que hayas tenido un buen verano y a ver cuando podemos leer esa novela. Muchos besos para ti y tus princesas.

Merche

Jesús Cotta Lobato dijo...

Merche, entonces dejo de quejarme. ¡Lo tuyo es más duro! Menos mal que con amor los sacrifiios cuestan menos y valen más.