jueves, 20 de septiembre de 2012

Prisa y miedo


                Tu lucha contra el tiempo en los quirófanos
con bótox, siliconas y colágenos,
el reclamo del son de tus pulseras
doradas cuando estás entre muchachos,
luchar contra la moda, venerarla,
raparte si te estás quedando calvo,
meter barriga ante una chica joven,
buscarte un cura que te gane en años,
poner un cuerno, que la vida es breve,
vivir para escribir, que el arte es largo,
anotar en la agenda tus conquistas,
sudar la gota gorda en el gimnasio
para expiar los excesos de la noche,
cortar con él cuando pidió tu mano,
preferir la escalera al ascensor,
creer que tu hija tiene aún diez años,
engendrar el tercero a los cuarenta,
dejar cuarenta veces el tabaco,
empezar a correr a los cincuenta,
simular que te adaptas a los cambios,
echar dos polvos en la misma noche
porque sí, porras, porque eres muy macho,
mirar la fecha de caducidad,
provocar el piropo en los andamios,
cambiar de patria, acera, de partido,
de casa, coche, esposa y de trabajo,
plantar un árbol que no crezca lento,
no perdonar a quien te hizo daño,
no hablarte con la novia de tu padre
y eso de echarte un pulso con tu hermano
cada vez que os tomáis un par de birras
y teclear en Google tus pecados
y volver a la casa de tu madre
para que te dé un beso y un abrazo.
Todo es miedo a la muerte. Todo es prisa.
La vida se te escapa mientras tanto.

10 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
Si se hace a pie juntillas todo lo que usted señala, la vida da mucho de sí, vaya que sí.
Por cierto, ya nos contará usted cómo le ha ido con su tesina.
Espero que bien.
25 neutonios.

reyvindiko dijo...

Apoteósico final. El del poema.
Porque el nuestro no sé.
Seguro que iremos quitando cosas del poema y nos quedaremos en el abrazo de la madre.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Dyhego, se puede decir que me ha ido casi bien. Lo he pasado muy mal por razones largas de contar, pero el resultado ha sido muy satisfactorio.
25 neutonios.

Reyvindiko, el abrazo de la madre es lo que ahora mismo estoy echando en falta y lo que me temo que me faltará cuando nos llegue la hora. Un beso.

lolo dijo...

Cotta, me ha encantado. Te diré una burrada seguro, lo que he pensado: es un twiter poema hasta el final, cuando llega el abrazo.

La imprimo. Y gracias.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Lolo, ahora que te gusta a ti, me gusta más a mí, sobre todo impreso en tu papel.

Jesús Cotta Lobato dijo...

José María, lo mismo te deseo. Un abrazo.

Blimunda dijo...

Yo al principio, Jesús, he pensado qué bueno pero no va conmigo...
Y luego hacia la mitad ha sido tu poema un espejo, y luego al final ha sido tu poema una flecha directa al corazón.

Micotta dijo...

Me encanta. Leyendo tu poema veo claramente que en definitiva, todos somos iguales y todos actuamos igual ante lo único seguro en esta vida.
Lo has plasmado perfectamente.
Un beso malagueño

Jesús Cotta Lobato dijo...

Blimunda, releeré el poema especialmente a partir de la mitad. Un beso.

Micotta, sí, eso es. Y también es una invitación a ser indulgente con esas cosas que hacemos porque la muerte nos espera en la esquina. Hoy en el campo os hemos echado de menos. Un beso sevillano.

Anónimo dijo...

Bonne écriture, je suis visiteur normal de jesuscotta.blogspot.ru, de maintenir le fonctionnement agréable, et il va être un visiteur régulier pendant une longue période.