lunes, 28 de diciembre de 2009

Mal de amores

Ay, aquellos amores prepúberes que tanto me hicieron sufrir. Me he acordado hoy de Beatriz, no sé por qué. Un día quiso contarme un gran secreto y, lleno de esperanza, acudí a su encuentro y, para mi desconsuelo, me confesó que se había enamorado de mi mejor amigo. Aquel amor entre ellos fue para mí una corona de espinas, unas flechas de san Sebastián que me hirieron de muerte, pero no me dejaban morir.
Aquél ha sido mi único mal de amores. Muchos años más tarde tuve otro amor y fui correspondido y entonces me reconcilié con el mundo y con mi cuerpo. ¡He tenido tanta suerte!
Esta canción de Elefzería Arvanitaki se la dedico a quienes sufran mal de amores, para que no pierdan la esperanza.

Y si lo desean, un poemilla en el Eroticón Sevillano.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Piropos de currante

Está Sevilla tomada por los currantes, llena de zanjas y de andamios. Hay entre los currantes una norma no escrita que los obliga a mirar con lascivia a toda mujer que pase por su acera y a decirle perlas, que van desde "Ven pacá, niña, que sólo somos seis" hasta "De ti me comía hasta los andares".
Alguna vez he pensado montar una academia de requiebros para currantes.
Sé de un currante ocultamente homosexual que está hecho un experto en lanzar piropos a las mujeres mientras mira de reojo a los hombres (el gremio de los currantes es aún impermeable a la corrección política). Su piropo favorito es "Ven pacá, que te via poné mirando p' Antequera", que sirve para ambos sexos.
Esta norma de piropear mujeres desde el andamio es tan inexorable, que me contaba el otro día una mujer que, si al pasar cerca de un andamio no oye una andanada de piropos, no se vuelve a poner esa ropa en lo que le queda de vida.
Los currantes, pues, contribuyen más que los modistos a establecer los gustos de la moda femenina.

martes, 22 de diciembre de 2009

Verdiales y los Cotta Lobato

En los campos donde se criaron mis padres, el cortejo era difícil. Un hombre y una mujer no podían hablar libremente. Para hacerse novio de una mujer, había que ir a su casa, quitarse el sombrero, pedir permiso para entrar, preguntar por la pretendida sin decir las intenciones y había que estar muy atento a las reacciones de la familia y de ella para averiguar si se le permitía volver otro día. La señal definitiva de que era aceptado como pretendiente era que ella se sentaba a su lado, con toda la familia vigilando. Pero si una se precipitaba a sentarse, ¡era una fresca! Había que sentarse a la segunda o tercera vez que llegase el susodicho, pero si una tardaba un poco más, el pretendiente podía interpretar que no era aceptado. ¡Todo un complicado lenguaje lleno de riesgos! Y así, sentados uno al otro y ante la mirada de la futura suegra, durante los años que durase el noviazgo. A eso se le llamaba ir de yerno.

Antes de ir de yerno, mi padre ya le había echado el ojo a mi madre. Como era muy difícil que un hombre y una mujer pudieran hablar a solas y libremente, muchachos y muchachas aprovechaban, por ejemplo, las fiestas de verdiales para verse discretamente. Mi padre ya le había echado el ojo a mi madre en esas fiestas y se dijo a sí mismo: "Voy a acercarme disimuladamente a ella y si tiene las orejas limpias, ella será mi mujer". Esa manía de hacer depender del azar cuestiones importantes es algo que he heredado de él, porque en el fondo pensamos que no es el azar el que decide. Pues bien, mi madre, aunque pobre, era limpia. Y de esa limpieza y de un hombre enamorado nacimos los Cotta Lobato. Yo no sé qué haría sin ellos.
Gracias, mamá, por tu limpieza y tu hidalguía.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Curso de nuevo esperanto II

1. Esta mujer tiene cara de caballo, pero es mi abuela: This femina has hipocefalia, but she is my magna mater.
2. Tenemos una herida en el dedo corazón del pie izquierdo: Habemus pupam in the dígito rascacul of the sinistro foot.
3. Prohibido escupir en la calle: Caparemus cum dolore magno al esputóbolo of the via urbana.
4. En el tercer mundo, por desgracia, no tienen mucho papel higiénico: In the misero cosmo, horreur, non habent multum culipapiro.
5. La ropa de deporte hay que lavarla en la lavadora: The addidas indumentaria lavanda est in zanussi.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Dos afotillos


Amigos, me han llegado algunas fotos del día de la presentación de Ulises y las sirenas. El dilema de la infidelidad. Y quería compartir alguna con vosotros. Las ha hecho uno de mis seis hermanos, Reyvindiko.


Al verla, me he acordado de lo bien que me lo pasé.

Y como me parece que, cuando lo presenté, no lo hice, quiero dar las gracias a:

-los periodistas que me han entrevistado
-a los que asistieron a la presentación, que no me pusieron en ningún apuro
-a mis presentadores, Antonio Rivero Taravillo, que me arropó con sus palabras, y a Jabo H. Pizarroso, que me puso en un agradable aprieto leyendo un fragmento un poco comprometido
-a Reyvindiko, uno de mis seis hermanos, que hizo las fotos.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Navarricos en Sevilla

Anda el centro de Sevilla medio cortado a veces porque están aquí Tom Cruise y Cameron Díaz rodando una peli. Incluso el colegio de mi hija se quedó sin comida porque el camión del catering no pudo acceder al colegio y el colegio tuvo que improvisar.
Cuál ha sido mi sorpresa cuando me veo en la plaza de la Giralda a treinta o cuarenta figurantes vestidos de las fiestas de San Fermín. Me pregunto qué harán unos sevillanos ataviados de navarricos a la sombra de la Giralda. ¿Así que la peli va a ser una de esas americanadas donde los mejicanos bailan flamenco y los andaluces corren delante de los toros?
En fin, espero que al menos la peli le dé publicidad a Sevilla.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Palabrotas

Tengo en serio problema con las palabrotas: a veces se me escapan en los lugares menos idóneos. El otro día, sin ir más lejos, solté en clase eso de "ni p... idea". Instintivamente me llevé la mano a la boca, cuando ya era tarde, cuando ya el terrible bisílabo sobrevolaba las cabezas de mis alumnos como una arpía. Los alumnos, cuando me ven lamentarlo tanto, son muy apañados y le quitan hierro al asunto. No entienden que yo le dé tanta importancia a que se me escape un taco. Pero para mí es tan vergonzoso como si se me escapara por la boca de atrás una cosa que huele mal. Ellos me sugirieron que la próxima vez dijera "ni puñetera idea", porque es una expresión igualmente contundente, pero no malsonante. ¡Todos unos estilistas mis alumnos!

Mis hijas tampoco entienden que su padre diga palabrotas. No es que las diga mucho, pero, especialmente, cuando charlo por teléfono con los amigos, los j... y los c... me salen a diestro y siniestro. Ellas me miran alucinadas, como diciendo: "Este no puede ser mi padre".

A mí me encantaba eso que decía Heráclito (¿o era Empédocles?): "No hagáis caso a mí, sino a mis palabras". Pero no puedo aconsejar a mis hijas esa máxima si digo palabrotas. Así que les digo: "En esto del fumar y de decir palabrotas, no imitéis a vuestro padre". Se me abren las carnes de imaginar que mis hijas puedan hacer alguna de esas dos cosas.

Linchadores

Vivo muy cerca de los juzgados, aquí en Sevilla, y sin querer me he encontrado con varios famosos imputados. Muchas mañanas he visto auténticas muchedumbres de ociosos y de gente cabreada esperando que entre o salga el asesino de Mariluz o de Marta del Castillo y la policía forma un cordón para frenarlas.

También han intentado linchar a ese pobre muchacho al que una sociedad histérica y unas leyes mal hechas nos presentaron como asesino de su hijastra.

Por muy cabreado que uno esté con los asesinos, ¿va uno a perder el tiempo en esperar a un supuesto violador o asesino, antes de que lo juzguen, para lincharlo si la policía se descuida?

Con la excusa de la justicia, ¡cuántos asesinos y violadores se esconden entre los que tienen vocación de linchadores!

lunes, 14 de diciembre de 2009

El nuevo esperanto

Propongo crear para la Comunidad Europea un esperanto hecho de las palabras latinas, griegas e inglesas más conocidas universalmente. He aquí una muestra:

a) El lobo, ¡qué gran turrón!: The lupus canis, quam magnum rumpedentes!
b) Quisiera ser tan alto como la luna: I would like to habere tanta altitudo as the selene.
c) Me han dicho que hay un ratón en el coche: I have been told there is a mickeymouse in the rollsroyce.
d) Érase un hombre a una nariz pegado: It was an homo ad nasum adheso.
e) Pero mira cómo beben los peces en el río: But look how potant pisces in potamo.
f) Yo adoro las bellotas de todos los árboles del mundo: I latreo the balanos of all the dendros of the cosmos, I mean, I am cosmodendrobalanólatra.
g) Por favor, no pisar el césped: Please, don't catastrophen the clorofito.
h) Tienes bajo el ojo un barrillo a punto de reventar: You habes sub oculum acné reventanda.
i) Vete a la m, hijo de p.: Go to the coprolito, porneta.
j) ¡Hay que ver cómo está el mundo!: O tempora, o mores!

sábado, 12 de diciembre de 2009

Gracias, Enrique

A las elegantes reseñas que ya hicieron de mi libro A merced de los pájaros José María Jurado y Rafael Roblas, se suma ahora la que publica hoy Enrique García-Máiquez, un poeta cuya Casa propia admiro y un bloguero cuyas entradas diarias leo a diario, aunque, como sabéis, soy de poco comentar. Soy además un forofo de sus haikus. Su reseña me ha llegado al corazón porque en ella cuenta que propuso a la revista Poesía Digital que reseñasen mi libro. Como la revista al final no lo ha hecho, el gesto de Enrique tiene ahora mucho más valor a mis ojos. Con eso me doy más que por satisfecho.

Sólo cuando mi libro ha sido publicado, me he dado cuenta realmente de sus aciertos y sus errores y les doy la razón en todo a mis reseñistas. Ése es el sino del escritor: los aciertos y los errores no son los que uno piensa, sino los que son y uno se da cuenta de eso cuando la obra ya no es suya, sino de los otros y, lo más fuerte, uno es esos errores que lamenta y, menos mal, uno es también esos aciertos que otros alaban.

Así que gracias a todos por mostrarme el camino con palabras tan claras, tan amables y tan elegantes.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Pinche de fontanero

Ni manirroto ni manitas ni manilargo. Ni siquiera manifiesto. Soy, sencillamente, un manazas. Mi contribución más alta al bricolage ha sido la de pinche de fontanero. "Jesús, pásame el alicate" y al principio yo le pasaba las tenazas como si fuesen lo mismo, hasta que, con gran dificultad he ido aprendiendo los nombres de las herramientas: machota, mordaza, llave inglesa... Mi hermano David me habla con entusiasmo de sus herramientas japonesas y mi amigo Felipe ha intentado entusiasmarme con un libro sobre el tornillo. Pero me han dejado por imposible. Sólo sé admirar las herramientas, digamos, filosóficamente: me asombran, prolongaciones inteligentes del dedo. Una grúa no deja de ser sino una monstruosa mano dirigida por la inteligencia.

Si la civilización tuviera que resurgir sólo con la ayuda de mis conocimientos, volveríamos a la Edad de Piedra. Eso sí, en esa sociedad habría muchos bardos.

Arboricidas

Lo único bonito de mi calle son los árboles. Me reciben tras el trabajo con su verde frescura o con su lluvia otoñal de hojas. Ayer la lluvia de hojas fue tan profusa, que me sentí dentro de un cuadro, con un toque lírico.

Pero hay vecinos que se quejan de que quitan luz y ensucian el suelo, así que llaman al ayuntamiento para que arranquen alguno que supuestamente amenaza con caerse. El ayuntamiento llega raudo y veloz y lo tala, pero no lo repone.

Uno de esos árboles talados retoña a cada tanto y cuando se eleva un metro, amanece al día siguiente cortado con tijeras a lo bestia. ¡Ay, como yo lo pille...!

jueves, 10 de diciembre de 2009

Porque sí

Me han regalado un ramo de anémonas porque sí. A mí los regalos porque sí me dejan alegre para toda una semana, porque son como un don inmerecido; no se deben a un cumpleaños o un aniversario, sino que son un premio al simple hecho de mi existencia, algo así como si de repente me cayera en la calva una flor de azahar en vez de una caquita de paloma.

Aquí están las anémonas, en medio del salón, abiertas y atrevidas, invitándome, como mínimo, a seguir existiendo.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Últimas palabras

Las palabras, los objetos y los gestos del que va a morir son ya más del otro mundo que de este. La inminencia de la muerte los inviste de un sentido oculto y hondo que hay que desentrañar. No es lo mismo pedirle al criado más luz en el escritorio, como cada noche, que gritar “¡Más luz!” con los ojos perdidos y en el lecho de muerte, con un ángel glacial e invisible junto al testero de la cama.

Por eso solemos atesorar la última palabra o el último gesto de aquel al que hemos visto morir. ¿No sería bonito que se nos concediera a todos la gracia final de poder decir unas últimas palabras antes de morirnos, como a los que van a ejecutar? ¿Y no sería una pena no tener nada interesante que decir en ese momento o nadie a quien decírselo o, peor aún, nadie que nos diga unas últimas palabras de aliento y cariño?

De todas las desgracias, morirse a solas me parece hoy la más triste.

martes, 8 de diciembre de 2009

¿Sigue siendo democracia la que prohíbe la libertad de expresión religiosa?

Es increíble que la inminente ley de ¿Libertad? religiosa (de veras que se llama así) me permita poner un cartel de referencias políticas, económicas, ideológicas, deportivas, nacionalistas, antinacionalistas... pero no religiosas. Por lo visto, la libertad de expresión no contempla la libertad de expresión religiosa, que fue precisamente el origen histórico de toda libertad de expresión.


Hay quien me dice que, si permitimos la cruz en lugares públicos, habría que permitir también el dragón de los chinos y la serpiente emplumada. Pues muy bien. Así seríamos todos más tolerantes. Si alguien se ofende, tiene un problema. Si la tolerancia consistiera en prohibir cosas para que nadie se ofenda, ¡adiós a la libertad!

Ahora que muchos ven un crucifijo y echan espumarajos de endemoniado, mientras que babean con las mezquitas; ahora que muchos protestan porque el domingo por la mañana, con sus campanas, el centenario convento del barrio los despierta del botellón con que han dado por saco a todo el mundo; ahora que, en fin, la gente se ríe de los que ayunamos por cuaresma, pero no de los que ayunan contra el cambio climático, me dan ganas de poner en mi departamento de filosofía una reproducción del Cristo de Velázquez o de Goya o del Greco.

Si un censor del gobierno me conminara a retirarlo, yo le diría que se trata tan sólo de una obra de arte. Así que desde aquí animo a todos los amigos de la libertad a colgar en sus lugares de trabajo láminas con madonnas de Leonardo y Rafael, con Inmaculadas de Murillo, con Cristos de Fra Angélico y Dalí.

Tan grandes artistas defenderán la libertad mucho mejor que nosotros.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Debería ser cierto que

1. el tabaco limpia los pulmones
2. militar en un partido es malo para la salud
3. si uno se deja golpear por las olas en una playa solitaria, se carga de una energía especial gracias a la cual nos brotan estrellas fugaces de la punta de los dedos
4. a los cuarenta y dos años se asiste a una segunda pubertad, uno de cuyos síntomas es que vuelve a crecer el pelo si uno está calvo
5. el gobierno no va a prohibir los huevos Kínder, los juguetitos en los Mac Donalds, el tabaco en los bares y las cruces en los lugares públicos.

Por cierto, ¡qué manía esta de prohibir cositas!

viernes, 4 de diciembre de 2009

Orgullo y prejuicio


Sé de un párroco que cedió el uso de unos locales parroquiales como hogar de jubilados del barrio. Pero hete aquí que los viejos, en cuanto se vieron con aquellos magníficos locales, cambiaron las cerraduras, levantaron un muro de intransigencia entre la parroquia y los locales, se quedaron con los limoneros y naranjos del jardín, retiraron los crucifijos de todos los salones e impidieron año tras año que los niños pudieran compartir con ellos los salones para las catequesis. Tras años infructuosos de negociación, el cura recurrió al juez, que dos años después le dio la razón. Entonces la noticia saltó a la prensa nacional y local. El párroco salía fotografiado con los tintes más oscuros. Los titulares eran de este tenor: "La Iglesia expulsa a los jubilados de su hogar”, “Los jubilados ya no podrán jugar a la brisca y el dominó”, “La parroquia se convierte en la gran propietaria del barrio a costa de un hogar de ancianos” y el día del desalojo el defensor del ciudadano se solidarizó con los pobres viejos y por poco linchan al cura todos los anticlericales azuzados por la prensa. En fin, inmadurez, estupidez y mezquindad, sobre todo mucha mezquindad.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Aforismos XXIII

1. Corteja vestido y ama desnudo, a no ser que hayas ligado en una playa nudista.
2. Lo mejor de la ciudad son los árboles y lo mejor del campo las ermitas.
3. "No hay gente interesante", dice el aburrido.
4. Una pompa fúnebre de jabón, eso somos. Por favor, no sopléis fuerte.
5. "Cuanto más fornido es tu pecho, más limpia y fina lo traspaso", dice la espada.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Corona de adviento

Ya luce en el centro de la mesa la corona de adviento. Con cada comida encendemos la vela morada. Mis hijas han montado el árbol de navidad y el belén.
Ayer por la mañana, antes de irme al curro, cuando amanecía, apagaron la luz del salón y encendieron las del árbol. El belén quedó iluminado de una calidez en la que aún ando metido, como una figurita más, con una oveja en los brazos.
Hoy no pueden conmigo las disputas de los políticos ni los tipos que escupen en la calle.

martes, 1 de diciembre de 2009

Qué descansada vida

Esta mañana, cuando ha sonado el despertador, he sentido la necesidad urgente de huir con los míos a otro lugar, donde no  haya que bregar con el mundo, sino sólo con los elementos.

Ese lugar podría ser Canora o el campo donde nació mi madre. Lo importante es que allí no haya semáforos, ni prisas, ni cartas del banco, ni horarios. Me levantaría al alba porque me da la gana. No necesitaría matar mis pulmones y mi frustración con cigarrillos, porque el cuidado que requiere de mí la naturaleza me lo impediría. Llevaría niños al hombro y pájaros en la cabeza. Y por san Martín mataría un cerdo para invitar a mis amigos a mi locus amoenus y se volverían a la ciudad cargados de morcillas.

Y por la noche, si es verano, tendríamos tertulia bajo las estrellas y, si es invierno, al amor de la lumbre, leería el Quijote o la Biblia o Las mil y una noches.

Pero, en fin, me voy corriendo, que llego tarde al curro.

Antes de dormir, me asomaría con mis hijas a mirar las estrellas.