viernes, 30 de octubre de 2009

Spiegel

Para que se estuviera quieto en el viaje, le dieron, por consejo del veterinario, un valium que sólo le hizo efecto cuando nos llegó a casa: el gatito confundía las patas que tenía que mover para andar. Venía con el nombre puesto: Spiegel. Y por más que yo me esforcé por llamarlo Espejo, se quedó con su nombre alemán.


En poco tiempo se convirtió en un gato negro y grande, el más manso que he conocido. Nunca arañaba ni mordía. Con tal de que lo dejáramos dormir, se dejaba mantear o pintar las uñas de morado. Le abríamos un ojo o la boca y él nos lo consentía como un peluche. Eso sí, cuando se trataba de lidiar con los gatos por las gatas era un león. Dominaba toda la urbanización y sus jardines y volvía a casa magullado, mordido y arañado en busca del reposo del guerrero.

Tenía fijación con una gata esquiva y coqueta, más dura que el mármol a sus quejas y que lo miraba desde una columna de la casa. Y él nos pedía que se la bajáramos. Pero no era nuestro papel el de alcahuetes.

Por la mañana se metía en los dormitorios y nos despertaba con las almohadillas de sus patas, porque él ya se había levantado y se aburría solo.

Un día un vecino lo encontró atropellado no sé dónde por un coche. Ahora estará en el cielo de los gatos.

Y para quien quiera hay novedad en www.eroticonsevillano.blogspot.com

jueves, 29 de octubre de 2009

Eroticón sevillano


http://eroticonsevillano.blogspot.com/

Mi compañero Manuel Jesús Roldán y yo nos hemos subido a la Giralda y desde allí hemos visto muchas cosas. Nos las iba señalando Eros, con sus ojos verdes y sus dedos finos y blancos y las contamos en el Eroticón sevillano, que pongo entre mis enlaces.

Estáis invitados. Un abrazo.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Donde el autor de este cuaderno relata cómo estuvo a punto de morir

Tenía yo unos diecinueve años. Íbamos ocho en una furgo por las carreteras de los Pirineos. De fondo, No hay como el calor del amor en un bar, de Gabinete Caligari. Al doblar una curva, un camión enorme, de frente, invade nuestro carril y nos obliga a trepar por la pared (gracias a Dios había pared y no precipicio) y se da a la fuga. No sé cuántos metros escaló la furgo; lo que sí recuerdo es que el regreso al suelo fue a cámara lenta. Una voz gritó: “¡Santa María!”, mientras yo me preocupaba en no perder mi jersey, que además ni me gustaba.

A ninguno de los ocho nos pasó absolutamente nada. Eso sí, la furgo hubo que llevarla al taller y menos mal que la policía pilló al camionero, que tuvo que pagar el arreglo.

Me habría gustado ser el que gritó Santa María y no el que se preocupó por salvar un jersey de cuyo color ya ni me acuerdo.

Aquello fue una cura de humildad. Aprendí que la muerte puede que me sorprenda en el momento más feo o más tonto.

PD: Por cierto, ¿alguien sabría decirme de qué obra de Gonzalo de Berceo es este verso?

Tenía dos palomas
no en palomar criadas
.

Necesito saberlo y no sé dónde encontrarlos.

lunes, 26 de octubre de 2009

Armas que deberían existir

1. Un inyectador de humor para los ceñudos que odian a los que no son de su partido.
2. Un insuflador de pensamientos bondadosos para quien piensa mal de todo el mundo.
3. Un secador de boca para escupidores públicos.
4. Un pegamento labial para masticadoras de chicle con la boca abierta.
5. Un amplificador de ruido para devolverlo al tímpano del que lo provoca adrede.
6. Un disparador de polen contra violadores para que echen los sesos por las narices a fuerza de estornudos.
7. Un pulverizador de vino de Caná para los escritores pesimistas que nos invitan al suicidio.
8. Un devolvedor de bombas a los cataplines de los que las ponen.
9. Un provocador de furúnculos nasales para quien se ría del aspecto físico de la gente.
10. Un especiador para salpimentar el lenguaje ñoño de quienes sin coña utilizan palabras como éstas: daños colaterales, interrupción voluntaria del embarazo y trabajadoras sexuales.

Ah, se me olvidaba: un tatuador de la palabra FACHA en la frente del que llama facha a todo el que no piensa como él.

sábado, 24 de octubre de 2009

Ab imo pectore

Mi colega de bitácoras y admirado poeta José María Jurado ha reseñado mi libro A merced de los pájaros. Aquí. Gracias ab imo pectore.

Es la primera reseña que me hacen y me doy cuenta de que los pájaros ya no son míos, sino de aquel que se siente a escucharlos.

P0r lo demás, hoy estoy un poco sombrío: no dejo de pensar en cómo fueron los últimos momentos de Federico García Lorca, si imploró con lágrimas o se las tragó al final con orgullo, si desesperó o si rezó, si sus verdugos se ensañaron con él o se limitaron a obedecer órdenes ejecutándolo.

viernes, 23 de octubre de 2009

Donde el bloguero refiere un chantaje

¡Oh, cuando mi hermano Alfonso y yo descubrimos el magnetófono! ¡La de sonidos que grabamos! ¡La de efectos especiales que aprendimos a hacer! A veces todos los niños del bloque se venían a mi casa para ayudarnos a grabar una radionovela basada en una obra de teatro de Unamuno (la primera que pillamos).

Éramos la leche. Incluso, para conseguir grabar el llanto de un niño, hicimos llorar un poco a una sobrina nuestra, que ahora es médico. Y nos costó, porque era la mar de risueña. Y en busca de sonidos originales que grabar, se nos ocurrió grabar un pedo.

Yo fui el autor y mi hermano el grabador (aclaro que yo tenía por entonces la tierna e insensata edad de doce años).

Pues bien, hete aquí que mi hermano Alfonso retuvo en su poder esa cinta magnetofónica con mi Sonido y me amenazaba con ponerla a toda voz ante todo el barrio si no hacía todo lo que me pedía.

A mí me aterrorizaba tanto la idea, que me convertí en esclavo de sus caprichos: comprarle no sé qué, traerle no sé cuánto, interceder ante mis padres por aquello y por lo otro... Llegó un momento en que yo estaba tan desesperado, que él accedió a lo siguiente: elaboró una lista con los últimos favores que yo debía hacerle y entonces borraría el Sonido.

La lista era larga y los favores difíciles, pero yo no estaba en condiciones de negociar. Así que cuando cumplí los objetivos de la lista, lo conminé a borrar el Sonido. Y, después de mucha dialéctica, lo conseguí. Y respiré tranquilo.

Sólo ahora que tengo taypico años, caigo en la cuenta de que podía haber dicho que el pedete era suyo, porque es lo que tienen los pedos: una vez que salen no se sabe de quién son.

jueves, 22 de octubre de 2009

Descripción de mí mismo

Una vez un psicólogo me dijo que definiese mi físico.

-Soy bajito, calvo, peludo, escuchimizado y renegrido -dije.

-Con esos adjetivos es como te ves a ti mismo. ¿Ves cómo tienes una imagen negativa de ti mismo? Ahora prueba a poner esos mismos adjetivos en positivo, para que tengas una imagen más positiva de ti mismo.

Me resultó complicado, pero lo hice.

-Soy de talla mediana, me rapo, soy viril, esbelto y moreno.

Cuando surgen parejitas por Internet y no hay foto por medio, el que se define del primer modo no liga, al menos en el primer momento; el otro, sí.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Desempolvando el tiempo

Amigos, seguramente a estas alturas ya habréis adivinado que a mí me va mucho lo verde, pero que me contengo, porque sé que lo rijoso puede aburrir, asquear o escandalizar. Por otra parte, ahora que estoy tan enfemmito, me veo, cómo lo diría, libre de pasiones y os puedo asegurar que a mis taypico años es la primera vez que me ocurre, bueno, no, la segunda, porque la primera fue cuando pasé hace dos años la fea, humillante, espantosa varicela. Y este estado me da cierta serenidad espiritual. Por vez primera en mi vida he entendido qué es eso de ser señor del propio cuerpo, de arrojar una mirada limpia y clara sobre el mundo y las personas. Y como sé que este estado de beatitud me durará tan sólo el tiempo que me duren las grapas puestas, lo estoy saboreando.

Pero Romano y Gomollón insisten en que cuelgue un poema rijoso de mi ancestro Gesú Cotta y como no tengo agallas de colgarlo aquí sin que se me caiga la cara de vergüenza, lo cuelgo en Apócrifos y heterónimos, donde podéis pinchar, para quien tenga ganas.

Por lo demás, aquí ando liado con la poesía y contemplando los árboles de mi calle, que con esto del otoño tienen el verde un poco triste, como yo.

En fin, todo esto para que no me tengáis muy en cuenta las rijosidades del Picotta. ¡Ay si lo hubiera sabido su tía Incarnazione Polo, le habría dado una somanta de palos!

martes, 20 de octubre de 2009

Aforismos XX

1. De ángel a burro. Eso fue para algunos la adolescencia. Y con la juventud no llegaron a caballos. Por eso odian a jinetes, a corceles e hipódromos.
2. Criticar a Homero es una manera fácil de creerse mejor que él sin componer jamás la Ilíada.
3. "Devoraré vuestros tuétanos", dijo Aquiles a los pacifistas.
4. Matar a un hombre por ser de otra raza no es peor que matarlo por ser de otra opinión. Entonces, ¿por qué la dictadura nazi sigue pareciendo más abominable que las dictaduras comunistas?
5. Para el mediocre la igualdad absoluta es un premio; para el excelente, un castigo.
6. La buena revolución derriba privilegios; la mala busca igualdades.
7. Sólo los débiles necesitan hacer demostraciones de fuerza.
8. Todo está condenado a muerte, pero sólo el hombre lo sabe.
9.Estuve preso y sólo vosotros, pájaros, me visitasteis. Vuestro es el reino de los cielos.

Y aún ando sujetándome las grapas de la pechá de reír que me di leyendo las historias de mi ancestro Gesú Cotta rescatadas por González Romano, mi colega de muchas cosas. ¡Ah, mi inefable Incarnazione Polo!

lunes, 19 de octubre de 2009

Cambio radical

Tendría yo unos veintiún añitos cuando resolví dar un giro copernicano a mi vida: tenía que cambiar mi actitud ante el mundo. Adiós al Cotta sonriente y complaciente, al que pide disculpas y se arrepiente y duda de todo. Adiós a Woody Allen. Ahora mi modelo sería James Bond.

Salí, pues, de mi casa aquella mañana con pie firme, fumando y mirando con descaro a la gente, como si el mundo me importara un rábano. Iba en dirección al Corte Inglés a comprarme unas supercuchillas de afeitar que marcarían el inicio de una nueva vida. Y cuando llegué al Corte Inglés, tan concentrado estaba en mantener mi nueva y definitiva actitud ante la vida, que no me di cuenta de que el cristal de la enorme puerta estaba cerrado y me di de narices contra él.

-Está cerrado, niño -me dijo una señora que estaba esperando que lo abrieran, mientras a mí se me saltaban lágrimas de dolor imposibles de disimular.

Por entonces yo pensaba que podía dar giros radicales en mi vida.

sábado, 17 de octubre de 2009

Notas de hospital

1. Las noches de hospital son largas y tristes y, como me dijo la enfermera, muy malas consejeras. Así que lo mejor es hacer caso a la enfermera, no a la noche.
2. Tarda mucho en amanecer, pero amanece.
3. En la sala de anestesia oí decir: "No dejes que te agarre la mano, que entonces ya no te la suelta".
4. Tocar la mitad del cuerpo anestesiada es como tocar un cadáver.
5. En la capilla del hospital, la Virgen de Guadalupe.
6. Cuando toso, estornudo o me río, veo literalmente las estrellas.
7. Me gustaría componer una oda a los inventores de anestesias y analgésicos, pero no me sale.
8. La enfermedad, con todas las miserias del cuerpo, es una cura de humildad y un aviso de la muerte.
9. Y ahora mi nota de vanidad: el médico m'ha dicho que tengo los músculos limpios y fuertes, sin grasa, y que operarme ha sido muy fácil.

jueves, 15 de octubre de 2009

Nuestros cuerpos serranos



Cierta persona muy querida de mi familia armó un revuelo en el hospital porque las enfermeras tiraron una camisa de su marido manchada de sangre. Para ella era imposible que estuviera en la basura la sangre de su esposo. Las enfermeras, pues, la buscaron y se la entregaron y ella lavó la camisa en casa y esa agua la echó a las macetas.

Aunque esta persona de quien hablo es muy exagerada, porque la sangre de su marido no es la sangre de Cristo, sin embargo, me gusta que trate al cuerpo como algo sagrado que merece un respeto. Nunca he entendido cómo los restos humanos extraídos en las operaciones pueden acabar en la basura de restos orgánicos y no en un cementerio. Al famoso cojo de Calanda le enterraron la pierna que le tuvieron que amputar. Si me tuvieran que cortar un brazo, yo no se lo echaría a comer a los perros o a los gusanos, sino que escogería ya mi tumba y enterraría ahí mi brazo a la espera del resto del cuerpo.

Si me dicen para qué quiero el brazo, les preguntaré para qué lo quieren ustedes. El brazo es mío y punto.
En fin, que me van a operar a las nueve y media y ando tétrico.

Por cierto, acabo de ver en la página de Estado Crítico una reseña a mi ensayo sobre el amor y la infidelidad. Gracias, Daniel.

miércoles, 14 de octubre de 2009

El huevo del juicio

Amigos, he alcanzado la plenitud sexual: me ha salido el huevo del juicio. Ha sido un proceso doloroso. Los que aún no lo tenéis sois unos alevines a mi lado. También se llama hernia inguinal y es un auténtico connazzo.

En fin, que mañana me rasuran y me operan. Sí, ya sé que es una operación muy simple y que te ponen una mallita y ya está, pero a mí eso de la mallita no me gusta. Estoy acostumbrado a que mi cuerpo esté todito hecho de la naturaleza, de lo que mis padres hicieron una noche o una siesta con tanto amor. Y eso de que cuando los gusanos se coman mi carne, la mallita se quede incorruptible y caída sobre mi fémur no me hace ilu.

Si la cosa fuera pincharme en el brazo, yo, ducho en descabezar dragones, lo ofrecería viril a las jeringuillas, sobre todo si me las clavan enfermeras faldicortas. Pero ofrecer la ingle derecha al bisturí, que los dioses confundan, va contra natura, pues yo asocio esa zona al placer, no al dolor.

He dejado arregladas algunas cosillas, me he confesado. Sí, ya sé que no es para tanto. No he hecho testamento, porque no tengo mucho que testar.

En fin, amigos, que si algún día no escribo aquí, es porque estoy convaleciendo y muy malito.

Ya me comen, ya me comen
por do más pecado había.

martes, 13 de octubre de 2009

De lo malo que yo podía llegar a ser con tal de ver Heidi

Como mi madre no daba abasto para trabajar en la tienda y atender la casa y a sus siete hijos, mi hermana mayor, que siempre ha sido muy ordenada, elaboró una lista de quehaceres domésticos para los seis varones que la seguían en edad. Uno de mis encargos era limpiar el polvo y hacer recados (este último lo odiaba porque en la tienda las marías se me colaban). Pero el encargo más odioso para mí era mecer a Daniel Benjamín, el último del clan, para que se durmiera, porque, si no lo mecíamos, no se dormía. Lo malo era que una de las horas de mecimiento era cuando echaban en la tele Heidi. Me acuerdo de que entonces había una verdadera disputa entre mis hermanos para ver a quién le tocaba mecer y entonces recurríamos a la sagrada lista. Cuando me tocaba a mí, yo lo mecía con rabia para que se durmiera cuanto antes y, claro, con tanto meneo y vaivén el pobre no se dormía. Como Daniel era un niño buenísimo, yo a veces lo torturaba un poco, le ponía las manitas bajo el culete y le apretaba las mantas para que no se pudiera mover y, como apenas lloraba, me iba a ver Heidi.

Y ahora me avergüenzo de llorar a moco tendido con una niña irreal mientras hacía sufrir a un niño real, al que además quiero muchísimo.

Daniel, perdóname, anda.

lunes, 12 de octubre de 2009

Rumbo a Siltolá

¡Qué feliz estoy de haber llegado por fin a Siltolá en compañía de tan buenos poetas y con Javier Sánchez Menéndez como capitán!

De todos los libros que me han publicado éste es el que me ha hecho más feliz. Había en el público personas que aprecio mucho y cuya sola presencia me hacía tilín en el corazón.

González Romano me emocionó. El café y el universo de Miguel Agudo me impresionaron. El tiempo muerto de Elías Marchite me puso melancólico. Y la voz de Olga Bernad aún sigue resonando en mis oídos, una voz dulce con poemas rotundos. Me recuerdo junto con los otros cinco allí sentado en la mesa y me sigue visitando una sensación de orgullo, alegría y nervios.

Luego la gente se fue yendo o yo no supe encontrarlos. Y me quedé sin poder saludar a muchos y con la sensación de no haberlos atendido bien.

Por cierto, mañana salgo en el programa Ojos que nos ven para hablar de cómo la delegada de cultura de IU impidió que el homenaje literario a Agustín de Foxá se celebrase en un salón municipal que ya le había sido concedido. Si alguien estuvo allí o quiere sugerirme algo al respecto, mil gracias.

Tenía previsto hablar de España, hoy en el día de la Hispanidad. Lo dejaré para otro día.

jueves, 8 de octubre de 2009

A los novios que no tienen dónde


Nadie sospecha que tras esta puerta, en lechos que no rechinan, en mudos macizos de flores bajo las atónitas estrellas, en el silencio más sepulcral, yo te he poseído mil veces, mi bien, sin gemidos, sin susurros siquiera: he bramado sólo para los ángeles. Tu sigilo me protege de tus padres; tu mano me tapa la boca para que el clamoroso amor se ahogue en mi garganta. Me has convertido en un amante silencioso cuando en realidad quiero gritar mi amor hasta los más altos círculos del Cielo.

Pero, Melibea, Perséfone mía de oscuras amapolas, esta noche no habrá silencio. Voy a abrir la puerta de tu estancia, despertaré con mis jadeos a los criados, tus padres verán cómo te alzo por las axilas para encajarte sobre mí y a tu padre le quitaré el gorro de dormir y me lo colocaré en la punta y luego saldré de esa guisa al patio y me mearé en las macetas, para que todos vean quién manda allí y tu madre nos preparará solícita la comida y, por último, te gozaré en la cama en que te engendraron, con todas las puertas abiertas, a plena luz del día.

No te asustes, mi bien, ya sabes que deliro. ¿Está la criada vigilando la puerta? Anda, tápame la boca con la mano, que te voy a desatar el corpiño.

(Foto de Antonio Sánchez Carrasco, maestro sevillano de la fotografía)

A merced de los pájaros


Ya tengo en mano mi libro de poesía. La fundación Ecoem, que me lo ha publicado, es además muy generosa con el escritor. El libro es precioso y me habría gustado que mi padre lo hubiese podido tener en las manos. Va por ti, papá.

Por cierto, para los que vivan en Sevilla y tengan tiempo y ganas, este jueves a las ocho de la tarde, en la Biblioteca Infanta Elena, frente al parque de María Luisa, se presentan los cinco libros de la colección Siltolá. Uno de ellos es el mío.

Quiero agradecer a Javier Sánchez Menéndez el haber salvado mi poesía del olvido y la oscuridad.

Ex corde,
Jesús Cotta Lobato

miércoles, 7 de octubre de 2009

El animal ideológico

El animal ideológico es una especie venenosa que piensa en blanco y negro, en buenos y malos. Para él todo es simple. Su ideología es la Gran Solución: eliminar una clase social, una raza, una institución, una religión, una cultura, unas tradiciones. Si después la solución no llega, el ideólogo se inventa un nuevo enemigo a quien culpar, porque lleva unas gafitas ideológicas que lo convierten todo en lo que él espera que sea. Por eso no comprende que no pensemos como él. Sin duda se debe a que somos tontos o malos. Cuidado con él si hay guerra, que es lo que busca: nos enviará a Auschwitz o al Gulag. Y luego dormirá tranquilo por las noches. Su fidelidad a la causa le asegura la bondad y los mejores puestos.

El animal ideológico, al contrario que el resto de los mortales, no admite sutilezas y excepciones. ¿Cómo osas ser de derechas y admirar el Acorazado Potemkin, o de izquierdas y enamorarte de la chica rica del barrio?Ya puedes hablar la lengua de los ángeles, ser un sex symbol, comer lo mismito que él todas las noches y tener su mismo olor corporal, que, si no eres de su cuerda, no eres nada.

La ideología dice qué está bien y qué mal: tener hijos no es bueno en sí mismo, sino bueno si ella los necesita y malo si le sobran. El animal ideológico dice: “Si la víctima no es de mi cuerda, ella se lo ha buscado. Si el verdugo es de los míos, se convierte en víctima. La culpa siempre la tienen los otros, nunca los nuestros.” No dice como Cristo “Quien no está contra nosotros está con nosotros”, sino “Quien no está con nosotros está contra nosotros”.

martes, 6 de octubre de 2009

A contracorriente, pero no a contrapelo

Hay personas que van a contracorriente, pero no quieren ir a contrapelo, es decir, no son esclavos de la moda ni del pensamiento políticamente correcto, pero a la vez no quieren enfrentarse a nadie ni sufrir el rechazo de los demás. Para conseguir llevar la contraria y, a la vez, ser aceptado, se necesita estilo. Gracias al estilo, uno puede hacer atractivo o, al menos, perdonable su pensamiento. Si usted es amable y elegante en las formas, podrá permitirse el lujo de ser intenso en los contenidos, porque las formas seducen más que los contenidos.

Entonces se lo perdonarán a usted casi todo. Dirán: "Menganita es lesbiana, pero muy dulce y femenina" o "Fulanito es muy religioso, pero muy tolerante y abierto" o "Le gusta la caza, pero no es para nada un carca ni un tipo cruel".

Con todo, a veces uno necesita no sólo ser intenso en el contenido, sino también en las formas. En ese caso, lo mejor es soltarse el pelo, desinhibirse y escribir un libro o un discurso donde uno descargue toda su potencia.

Entonces dirán: "No me lo esperaba de ti". "No imaginaba que fueras de esos".

Pues que lo digan. Pero ¡y lo a gusto que se queda uno!

Por cierto, recomiendo la lectura del poema que hoy publica Benjamín. Es bello y estremecedor.

lunes, 5 de octubre de 2009

Autocompasión

¿No practicáis la autocompasión por la mañana, cuando suena el despertador? ¿No sentís entonces muchísima penita de vosotros mismos y maldecís un universo cruel donde sus únicas criaturas libres y conscientes, que se sepa, se ven obligadas a renunciar a soñar con universos paralelos?

Lo único bueno de esa hora son las erecciones matinales.

Luego, tras un chute de cafeína y nicotina, la autocompasión desaparece y entra en escena el espíritu de lucha.

En fin, escribo esto para consolarme pensando que esas dos droguillas me libran de una cosa tan fea como la autocompasión.

Por cierto, el miércoles a las ocho y media de la tarde, en la Carbonería, aquí en Sevilla, Luis Manuel Ruiz, mi colega de Estado Crítico, me ha elegido para presentar su novela Tormenta sobre Alejandría, que publica Alfaguara. Para quien guste.

viernes, 2 de octubre de 2009

El niño pequeño y la moral adulta

Los niños pequeños entienden bien qué es mentir, robar y pegar, porque sienten a veces el impulso de hacerlo para conseguir sus objetivos o bien lo hacen. Pero les cuesta mucho entender qué es la separación de unos padres, el suicidio y el aborto, porque esos tres actos no sólo nunca les han tentado sino que ni siquiera se les ha ocurrido que se puedan hacer.

El niño se queda perplejo cuando se entera de que los padres de un amiguito suyo se han separado. No logra entender cómo los que se unieron para engendrarlo a él no forman ya esa unidad gracias a la cual él comprende el universo y se siente seguro en él. Tampoco entiende que alguien quiera poner fin a esa vida que es para él una fuente de maravilla y asombro. A pesar de ello, se me ocurren ciertos argumentos que pueden conseguir que un niño entienda por qué los mayores se separan o se suicidan.

Pero, ¿con qué argumentos morales puede uno justificar ante un niño el aborto? ¿Le habla uno de eugenesia? ¿Le cantamos las bondades del utilitarismo biológico? ¿Le decimos que es mejor que no nazcan niños enfermos? ¿Le dice uno: "Si tu madre te hubiese abortado, habría estado en su derecho" o "Lo que las madres llevan en la barriga no son bebés, sino ectoplasmas"? ¿Le decimos que los carniceros de las clínicas abortistas son médicos tan respetables como su pediatra?

Pocas veces he entendido mejor que hoy aquello de Sed como niños.

jueves, 1 de octubre de 2009

Clasificación copulativa

Sin querer, mi imaginación divide a veces a la gente en dos grupos:

a) los que puedo imaginar trajinando disfrutones en el acto copulativo

b) los inimaginables en trances tales.

Esta clasificación un poco sinvergüenza me salva de hacer otras clasificaciones ideológicas o prejuiciosas tales como izquierda o derecha.

Por ejemplo, Rajoy, Sarkozy, Obama, Monica Bellucci, Berlusconi, Miguel Bosé, Isabel Pantoja y, en general, todos los toreros están en el primer grupo.

En el segundo, están Angela Merkel, Ahmanideyad, Zapatero, Rigoberta Menchú, Bimba Bosé y, en general, todos los terroristas y todas las batasunas.

Yo no sé por qué, pero, en general, me caen un pelín mejor los del primer grupo, sobre todo los toreros y las actrices.