lunes, 10 de noviembre de 2008

Elogio del viejo verde

El sexo no es patrimonio de los jóvenes, sino una propiedad de las personas. Cuando uno ya no tiene fuerzas para cabalgar a una doncella, tiene ojos para gozarla. ¿Debería un viejo no volver la mirada ante una mujer de buen ver sólo para no caer en el estereotipo del viejo verde?
Fernando Lázaro Carreter lamentaba que los jóvenes llamasen guarro o puerco al viejo verde. Es mejor llamarlos verdes que puercos, porque el sexo no es puerco, sino verde.
En esta época en que tanto se insiste en que el sexo es natural y bueno a toda edad, se sigue despreciando la lascivia en los viejos porque se ha encumbrado el valor de la belleza exterior juvenil más que el de la felicidad, el de la salud y el del respeto. Lo importante no es estar sano o a gusto contigo, sino tener un aspecto envidiable y juvenil. El sexo en el fondo se sigue considerando algo sucio y la prueba de ello es que si no lo hace alguien bello y juvenil, nos parece feo.
Sentir simpatía por el viejo verde es sentir simpatía por el ser humano. Si no nos cae simpático, es porque en realidad no perdonamos al hombre ser hombre salvo cuando es bello y joven, como si el sexo fuera una guarrada imperdonable cuando somos feos y estamos arrugados.
Que levante la mano el que, llegado a la senectud, quiera verse libre de la pulsión sexual que tantas satisfacciones le reporta ahora.

10 comentarios:

Juanma dijo...

No seré yo, desde luego, quien levante la mano. Llegar a viejo verde es una de mis ilusiones.
Además, me pone esa combinación de "verde" y "maduro".
Un fuerte abrazo, querido Jesús.

Lopera in the nest dijo...

Permíteme contar mi versión. El año que viene cumplo 60 años, mi hija que cumplirá 32, me decía el otro día que me estaba convirtiendo en un viejo verde. Mi mujer que andaba por ahí le respondió: Tu padre ya era hace mucho tiempo un "joven verde". Es decir, soy afortunado por estar rodeado de mujeres inteligentes.

Anónimo dijo...

Otro modo de verlo es que es más el viejo verde que los que le llaman guarro quien ha encumbrado el valor de la belleza exterior juvenil por encima de la felicidad, la salud y el respeto, porque si no, el viejo verde se volvería a mirar a señoras de su edad y no a veinteañeras tetonas que es lo que suele suceder...

Anónimo dijo...

Yo creo que un vijo verde antes ha sido un joven verde, luego un adulto verde y, por fin, un viejo verde: las costumbres (manías, vicios, gustos...) se acentúan con la edad. Mirar a una joven bien hecha es un placer, independientemente de la edad del que mira. Yo seré, sin duda, un viejo verde, pese a quien le pese. Y dudo de que haya muchos que no lo vayan a ser.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Querido Juanma: no había caído yo en esa feliz combinación de maduro y verde. Me gusta.
Querido lopera in the nest: tienes suerte. Un varón que es verde y es querido por las mujeres es un gran varón y ellas mujeres de altura.
Querido anónimo: seas quien seas, me gusta tu manera de darle la vuelta a la tortilla, pero debo decir que los ancianos verdes que me han hablado de mujeres me aseguran que no sólo les gustan las jovencitas como cuando eran jovencitos, sino todas, porque todas son o más jóvenes que ellos o de su misma edad.
Querido Octavio: yo también lo seré. Se me olvidaba decir que un viejo verde no tiene por qué ser mal educado ni descarado. Supongo que tú y yo seremos viejos muy verdes, Dios mediante, pero galantes y caballeros. Un abrazo

Anónimo dijo...

Por supuesto, Jesús: la educación y la galantería, siempre. Faltaría más.

Yo misma dijo...

Yo he padecido la lujuria de algunos viejos verdes y no es precisamente porque te miran, sino porque arremeten contra tu dignidad personal faltándote al respeto, diciendo verdaderas burradas o mostrándote sus partes. Si preguntas a una mujer qué es un viejo verde, sin lugar a dudas, te dirá que es un "guarro". Si el anciano en cuestión te mira bien y te dice un piropo que no atente contra tu dignidad, sino que desea decirte algo bonito, ni siquiera lo llamamos así, sólo sonreimos.
Igual es que nunca habéis padecido a un viejo verde por vecino que te ataca con miradas lascivas y toqueteos de sus partes cuando te ve por el barrio.A las mujeres, obviamente no nos gusta, nos intimida y nos indigna.
Saludos

José María JURADO dijo...

Más que de la mano creo que el asunto va de alzar monumentos fláccidos, rijosos, caídos.

Con el paté de viagrá existe un nuevo arquetipo: el viejo azul.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Querida yomisma: lo que indigna es la obscenidad y el mal gusto, venga de quien venga. Das a entender que sólo los viejos hacen esas cosas. Yo conozco viejos verdes muy caballerosos y jóvenes muy puercos y mal educados

Jesús Cotta Lobato dijo...

Querido José María: te toca escribir el artículo del viejo azul. ¡Eso promete! ¡Me apunto!