jueves, 27 de noviembre de 2008

Del "quiérete a ti mismo" y otras tontadas

Ahora está muy de moda el mandamiento del autoamor: Ámate a ti mismo. A mí, como me gusta llevar la contraria, me dio durante un tiempo por decir que yo sólo me amaba lo bastante como para no ir suicidándome por las esquinas. Ahora soy más moderado y me quiero un poco más, porque, si tengo que amar al prójimo como a mí mismo, no está bien que me quiera sólo lo bastante como para no matarme, sino un poquito más.
De todos modos, me sigue reventando eso del autoamor. La mismidad con uno mismo es un rollazo y además no hay que hacer esfuerzos para amarse uno a sí mismo mismamente. Eso lo hace uno sin querer. Por ejemplo, ahora tengo puesto el radiador para no pasar frío y eso lo hago instintivamente, sin recordar el mandamiento del autoamor. Sin embargo, se me olvida con una facilidad espantosa que hay gente que pasa frío. ¿Por qué iba yo a tener que amar tanto a un hombre como yo que se olvida de los que pasan frío?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A Woody Allen le encantaba la masturbación porque era hacer el amor con alguien a quien querías mucho.

Anónimo dijo...

No nos nombres la soga a los ahorcados