viernes, 1 de agosto de 2008

La cuchibambez del universo

Hoy, bajo la noche fresca del verano, los amigos nos hemos hecho preguntas un poco enrevesadas. Mi amigo Felipe nos preguntó que si de pronto todo se redujera a la mitad de su tamaño, incluidos nosotros, ¿nos daríamos cuenta? Hubo respuestas para todos los gustos. ¿Sabríamos que hay luz si no hubiese sombras? Porque la luz no se ve, sino que vemos gracias a la luz. Si no hubiese sombras, ¿podríamos imaginar al menos la posibilidad de que no hubiese luz o sería imposible imaginarlo? Yo creo que por eso nos fascinan conceptos como el infinito y el espíritu. Todo lo que vemos y conocemos es finito y y material y, sin embargo, se nos ha ocurrido la posibilidad de que exista algo que no sea material y sea ilimitado. Es como si hubiera en el universo una cualidad que no sabemos que estamos percibiendo porque no tenemos nada con que se le pueda comparar. Vamos a llamar a esa cualidad cuchibambez. Como no existe una anticuchibambez, no nos damos cuenta de que el universo es tremendamente cuchibambo. Por eso nos fascinan conceptos como alma inmaterial e infinito. No hay razones para creer que existe algo tan diferente de todo lo que existe y, sin embargo, insistimos en que existe.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

"El corazón tiene razones que la razón ignora"

Jesús Cotta Lobato dijo...

Esta cita me parece un prodigio de verdad, condensación y sensatez. Un abrazo

Yo misma dijo...

La materia es la simple visibilidad de la voluntad.
(Schopenhauer)

Jesús Cotta Lobato dijo...

Tengo que leer a Schopenhauer. Sólo lo conozco de los manuales. Pero de este verano no pasa. ¿Será cuchibamba la voluntad? Un saludo y felices noches de verano.