sábado, 30 de agosto de 2008

Satanás

O no se pueden hacer pactos con el diablo o, si se hacen, el diablo nunca los cumple, porque, si los cumpliera, no habría pobres ni feos ni enfermos ni fracasados, sino que todos seríamos Dorian Gray, jóvenes, famosos, bellos, ricos. En esto pasa como con las cremas antiarrugas. Si de verdad fueran efectivas, los viejos la palmarían con rostros lozanos y adolescentes. Sin embargo, la gente insiste en comprarse cremas antiarrugas y el mundo está plagado de sectas satánicas que pactan con el Maligno no sé qué cosas. Si Dios con todo su poder y su amor no nos libra del fracaso, de la enfermedad, de la vejez y de la muerte, ¿por qué iba a hacerlo Satanás, que nos odia? Hay en el hombre un niño feo y tonto que cree que hay una manera cómoda y fácil de conseguir las cosas, que dice no al sudor de la frente, al valle de lágrimas, y se figura que haciendo algún rito pérfido, como mojarse en la sangre de un animal inmundo, va a conseguir por arte de birlibirloque lo que los demás conquistan a costa de sudor y lágrimas. Por más niños que sacrificaron a Baal, los cartagineses no lograron vencer a los romanos, que se limitaban a luchar. A mí me dan risa esas mujeres satánicas que creen que dando a comer a un hombre alguna comida con algo de su menstruo lo tendrán atado a su corazón toda su vida, ¡con lo bonito que sería esforzarse por conquistarlo! Y si realmente esos sortilegios surten efecto, ¿qué asco de poder y de amor es ése? ¿Qué parte errónea y estúpida y malvada del hombre es la que cree que haciendo algo sencillo y abominable se conseguirá algo grande y maravilloso?

viernes, 29 de agosto de 2008

Nuevo instinto

Cuando se habla de instintos, no se suele precisar cuáles son en concreto esos instintos. Los consideramos una fuerza irracional y natural, pero es muy difícil concretar cómo se realizan en la realidad. Se suelen reducir a estos dos: instinto de supervivencia e instinto sexual. La agresividad suele considerarse hija del primero y la maternidad del segundo. Pero he descubierto un nuevo instinto: el de rascarse las impurezas. Cuando uno ve en la piel una impureza, una rugosidad, un parásito, una postilla, siente uno un instinto poderoso de rascárselo. Sin ese instinto, nos habrían devorado ya los piojos, las chinches, las pulgas, las ladillas, las garrapatas y los mosquitos. He descubierto la existencia de ese instinto hoy en la piscina. Había una parejita en el césped que, en vez de dedicarse al morreo, se dedicaban al despiojo y al desgrane. En la extensa extensión de la espalda de él ella aplicaba sus dedos y le reventaba granitos. Eran dos primates muy cariñosos.

jueves, 28 de agosto de 2008

Foto de una chumbera


Mi primo Alfonso le ha hecho esta foto a esta chumbera. A pesar de tener tantas espinas, es hasta maternal. Como él dice, un magnífico ejemplo de organización en la naturaleza. Me parece increíble que una planta que el hombre no ha modificado, que crece sola en los secarrales, produzca un fruto tan apetitoso y de un naranja tan apetecible. Me trae recuerdos de la infancia, de la casa de mi madre en el campo, donde ella nació, donde iba mi padre a verla cuando eran novios.

Vae victis! (¡Ay de los vencidos!)

Yo soy de los que siente simpatía por los vencidos, aunque no comparta su causa. Me siento más griego que troyano, pero, como Homero, me caen mucho más simpáticos los troyanos, sobre todo Héctor, porque fueron vencidos. A los españoles nos ocurrió lo mismo con los moros: hicimos todo lo posible por echarlos, pero de ellos guardamos muy bellas leyendas donde los príncipes moros quedan siempre muy bien, leyendas que seguramente ellos no tienen.
Me siento muy romano, pero daría el meñique del pie izquierdo por saberlo todo de los cartagineses o por haber conocido a Aníbal.
Hay países que me caen simpáticos sólo por eso: por su mala fortuna. Cuando yo era pequeño, me encantaba mirar un atlas histórico desde el principio al final y no dejaba de sorprenderme por lo mucho que cambiaba de una página a otra el mapa de Polonia y por lo muchísimo que tardaba en aparecer en el atlas Irlanda como país independiente. En general, celtas y eslavos (exceptuando a los rusos) han tenido mala suerte cultural y política en Europa. Precisamente me estoy leyendo un libro titulado Historia de Polonia. Es increíble cómo ese país pudo mantener su identidad cultural a pesar de estar rodeado de tres colosos empeñados durante siglos en aplastarla.
Un brindis por polacos e irlandeses.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Dar limosna

Cada vez que vemos un indigente por la calle, mis hijas me piden dinero para dárselo. Mi hija Lula se agarra a mí angustiada y me dice: “Papá, a esa mujer se le ha muerto una niña”. Y a mí me cuesta mucho explicarle que es muy difícil averiguar si es cierto que las desgracias que esa mujer escribe en su cartel son ciertas o falsas y que a otras muchas personas les han pasado cosas peores y no se aprovechan de ellas para dar penita, sino que se limitan a buscar trabajo debajo de las piedras. Pero como eso es muy difícil explicárselo, acabo dándole dinero, porque aunque esa mujer nos engañe, no quiero que el corazón de mi hija se vuelva desconfiado y sucio como el mío. De todas maneras, ya tengo aleccionadas a mis hijas para dar limosna sólo a quien la pide sin molestar y ofreciendo lo poco o mucho que puedan hacer. Ponerte la guitarra o el violín en el oído mientras intentas charlar con un amigo en una terraza es molestar, pero sentarse en calle Sierpes a tocar ese violín o esa guitarra es ofrecer. A quien ofrece pago. A quien molesta, despido. Entretanto, calmo mi conciencia dando dinero a Cáritas y a dos oenegés. Algunos ya me han acusado de ser un hipócrita. Ellos, los auténticos, los puros, no dan dinero a Cáritas ni a las oenegés: se limitan a señalar a los hipócritas que sí dan.

lunes, 25 de agosto de 2008

Himno de Andalucía

¿Sean por Andalucía libres España y la Humanidad o sean por Andalucía libre España y la Humanidad? Esa ése lo cambia todo. Me gustaría saber qué escribió de su puño y letra Blas Infante. La primera versión es la de una Andalucía magnánima que por hacer libres a España y la Humanidad está dispuesta a inmolarse; la segunda versión es la de una Andalucía que se cree el ombligo del mundo y que está dispuesta a sacrificar a España y a la Humanidad con tal de ser libre.

domingo, 24 de agosto de 2008

Topicazo de película

El prota sufre una decepción o la vida le da un golpe tremendo. La cámara lo enfoca durante unos instantes y entonces revienta y se pone a romper o a tirar o patear todo lo que encuentre: los libros de la estantería, los muebles, las vitrinas, los papeles del escritorio... y después, cuando comprende lo inútil que ha sido ese escape violento de frustración, se deja caer y se echa a llorar.

sábado, 23 de agosto de 2008

Menos método y más empeño

Debo a mi amigo Felipe una máxima optimista, un hallazgo feliz, una condensación de inteligencia que quiero dar a conocer a todo el mundo.
“Es difícil encontrar un método que no sea bueno”.
Por muy enredoso que sea el profe explicando, por muy complicado que sea el camino que uno escoge para llegar a la cumbre, por muy arriesgadas que sean tus dotes de seducción, al final entendiste al profe, llegaste a la cumbre y ligaste, porque lo importante no es el método sino el potencial de esfuerzo y energía que hay en ti y que te hace coronar cumbres, comprender lecciones enredosas y ligar como un don Juan por muy desastroso que en teoría sea tu método.
En Madame Bovary sale un cojo que se las había ingeniado para correr a pesar de su cojera. En él la cojera casi era una ventaja y corría como una exhalación, pero un médico se empeñó en que había que operarlo. Lo operaron y el cojo ya no pudo correr más.
Cada poeta, incluso cada poema, requiere un camino distinto y a ese camino lo llamamos método sólo cuando ha dado resultado, pero sería absurdo pensar que hay un método perfecto para ser poeta.

viernes, 22 de agosto de 2008

Los cacharros y yo

Tengo un problema con los cacharros, sobre todo los electrónicos: cuando ven que me acerco, se asustan. Aunque las toque con un dedo muy delicado, me los cargo. Por ejemplo, soy realmente incapaz de manejar un proyector de diapositivas. Cada vez que lo llevo a clase, pierdo diez minutos en recordar cómo funcionaba, cómo se colocaban las diapositivas, a qué botón hay que darle para avanzar o retroceder, cómo hay que sacar las diapositivas, cómo hay que meterlas. Yo veo a mi hermano David desenvolverse con la mayor elegancia con todos los aparatos posibles: desde una serradora hasta una nintendo. Si todos los hombres primitivos hubieran sido como yo, habríamos descubierto sólo la palanca, pero no la polea. Por eso, cada vez que me instan a utilizar en clase las nuevas tecnologías, me echo a temblar. Yo prefiero la tiza y mis capacidades de histrión.

jueves, 21 de agosto de 2008

Cómo escribir un soneto

Yo empecé siendo un poeta becqueriano y luego lorquiano y luego sanjuaniano. Mi hermano Daniel me enseñó el arte del ritmo del endecasílabo y de ahí di el salto a todos los poetas, de mano de buenos amigos como José Julio Cabanillas, que me enseñó a separar el oro de la paja.
Como soy de formación clásica, nunca he renunciado a la rima del soneto y al romance. Pero reconozco que el reto es el poema sin rima. En él o das la talla o tiras la toalla, porque, sin el apoyo y las galas de la rima, está la poesía desnuda, ella sola con todo el valor que tenga, sin poder ocultar su posible mediocridad.
Los buenos sonetos son aquellos donde el poeta da la sensación de que ha dicho todo lo que quería decir y no lo que le forzó a decir la rígida rima y el endecasílabo.
En cierta ocasión, fui a una lectura poética de poetas de barrio. Un viejo me agarró del brazo y empezó a explicarme cómo se hacía un soneto. Él había ganado un sustancioso premio con un soneto a la basura y eso lo encumbró ante mis ojos. Decía María Zambrano que el poeta rescata lo frágil y efímero y concreto para convertirlo en inmortal, justo lo contrario de lo que hace el filósofo, que busca lo imperecedero y universal.
La receta del anciano era la siguiente:
1. Encontrar un tema
2. Tener más o menos pensado el remate, el último verso. “Un soneto mediocre se puede salvar al final”. Bene vivit qui bene moritur.
3. Empezar por el primer verso, que da el tono
4. Buscar rimas fuertes, no facilonas en “ado”, “ido” y diminutivos facilones. Y si alguna de esas rimas fuertes es chocante, no se deben poner en el segundo cuarteto o el segundo terceto, porque entonces se notará que el poeta la puso ahí porque no se le ocurrió nada mejor, sino que hay que ponerla al principio. Por ejemplo, si uno elige la rima en “ubo”, es mejor poner en el primer cuarteto la palabra “cubo”, que es poco poética y luego despedirse en el segundo con palabras más normales como “tuvo” y “hubo”.
5. Por supuesto, cuidar los acentos: siempre en la sexta o en la cuarta y octava, y evitar los acentos en la quinta y séptima sílaba y el excesivo encabalgamiento.

En fin, dejo aquí su receta por si alguien se anima. A mí me ha servido alguna vez, pero cada poeta es un mundo, cada poema requiere un método.

miércoles, 20 de agosto de 2008

A quien corresponda

Intentando poner orden en el garaje, me he encontrado con muchos trozos de mí mismo que tenía olvidadas. De todas los que he tenido en mis manos hoy, me impresionó un sobrecito pequeño y elegante, donde una letra grande e inclinada a la derecha había escrito “Para Jesús Cotta”. Abrí el sobre y en un papelito leí: “Gracias por tu atención a las rosas más humildes”. Yo no recuerdo quiénes eran esas rosas y cuándo les dediqué mi tiempo y mi afecto ni quién me daba gracias en ese papel en nombre de ellas ni si en ese sobre hubo en su momento algo más que ese papel. Por un lado me entristece no recordarlo, porque quizá eso suponga que para mí esas rosas supusieron menos que yo para ellas y porque es muy triste no recordar lo más bello de mi pasado porque ¿qué soy sino mi pasado? Pero, por otro, me alegra saber que alguien tuvo el detalle de buscar un sobre bonito y perfumado y escribir eso para mí. Como no recuerdo quién me lo escribió, ese papel ha sido como si la vida o Dios me dieran a mí las gracias, en vez de dársela yo a ellos, que sería lo correcto.

martes, 19 de agosto de 2008

Canibalismo

Supongamos que, tras una explosión nuclear, sufrimos una monstruosa transformación que nos convierte a todos en caníbales. O comemos carne humana o perecemos. ¿Cambiaría entonces la moral? ¿Seguiría siendo matar el peor de los delitos? ¿La moral actual es un mero resultado de las circunstancias y de nuestra naturaleza y cambiaría si cambiasen las circunstancias y nuestra naturaleza o más bien matar es malo por mucho que cambie todo? A esta pregunta se han dado muchas respuestas. Occam decía que matar no era malo en sí, sino sólo porque a Dios así se le había antojado, pero Dios podría haber puesto perfectamente como quinto mandamiento “Matarás a tu vecino y te lo comerás en estofado”. Kant dice que un acto es moral cuando se puede convertir en deber universal. En este caso, comerse al otro para no morir sólo se puede convertir en deber universal si aceptamos que así todos vamos a morir tarde o temprano. Hume opina que son los sentimientos los que determinan la bondad o maldad de un acto. Yo no quiero que me coman y por tanto no me como al otro, pero eso nos llevaría a la inanición universal.
Yo prefiero una sociedad de hombres que muere universalmente de hambre por razones éticas a una sociedad sana y caníbal. Menos mal que existen los cerdos y las vacas. Ellos nos salvaron del canibalismo.

lunes, 18 de agosto de 2008

Isla desierta

Si sólo me permitieran llevarme cinco cosas a una isla desierta, me llevaría:
-mucho tabaco
-la Ilíada
-boli y papel (eso lo cuento como una sola cosa)
-una amante automática, biónica y muy neumática
-y la Biblia, para no acabar suicidándome

domingo, 17 de agosto de 2008

Varicela

Hace dos veranos pasé la varicela. Es una enfermedad fea y humillante. Uno sabe que no es grave y por eso fastidia tanto tener que soportar durante una semana ese sufrimiento de costras y picores y que ese sufrimiento no servirá para absolutamente nada más que dejarte unas cicatrices que no serán de guerra y de las que uno no puede fardar. Yo me metía en la bañera fría para poder soportar los picores como buenamente podía y cada vez que veía mi rostro en el espejo, me sentía como la Bestia. Llegó un momento en que le pedí morfina a mi doctora, que me dijo que la morfina no quitaba los picores. Sí, lo sé, pero lo que yo quería es haber estado dormido durante los tres días que dura lo peor del escozor. Si la varicela nos atacase por vez primera a toda la humanidad a la vez, estoy seguro de que habría muchos suicidios al tercer día.

sábado, 16 de agosto de 2008

Una variante ladina de la falacia ad hominem

A mí me gusta hablar de casi todo, pero siempre hay alguien que, en el furor de la discusión, me suelta eso de que yo no puedo opinar sobre tal asunto porque no lo he sufrido en mis carnes. Si sólo pudieran opinar de un problema aquellos que lo tienen, no podríamos hablar de casi nada y además no podríamos solucionar casi ningún problema, pues los solucionan mejor aquellos que no lo tienen que los que lo tienen y no ven más allá de su problema.

jueves, 14 de agosto de 2008

Quince segundos de pensamiento

Por fin se ha comprobado que hay agua en Marte. Una vecina ha aprobado las oposiciones y está celebrando una fiesta. Mis hijas acuarelan sirenas en el patio. ¿Qué voy a hacer hoy de comer? He soñado algo muy agradable que no recuerdo. ¿Cuántas veces he dicho que voy a hacer deporte? Ya mismo caerán las lágrimas de san Lorenzo. Me habría gustado conocer a Nausícaa.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Cómo convertirse en un hombre multiorgásmico

Visualice usted su língam e imagine que alcanza veinte veces al día el clímax. Verá lo bien que se lo va a pasar imaginándolo.
Pero si usted quiere pasar de la imaginación al hecho, recurra a la siguiente modalidad amorosa adaptada a las costumbres occidentales.
El hombre y la mujer deben sentarse el uno frente al otro en la postura de la tortuga del pabellón celeste. Mientras él concentra su energía en el punto del millón de piezas de oro, ella se unge de perfume y achina los ojos.
Él dirá: Las lluvias en el río Amarillo se derraman en el equinoccio del año del cerdo.
Y ella responderá: Escanciemos el licor de sake en la copa de jade.
Entretanto, ella visualiza el língam de su compañero como una cuerda con un nudo marinero o de presilla de la alondra en el jardín del harén del emperador. Y él visualizará el yoni de su compañera como un oso panda comiendo bambú
Él dirá: Ormrm
Y ella: Airnrn
Él: Slurb, gngnlhl (siempre controlando su respiración)
Ella: Oig, oiiiigh.Es oportuno adoptar en estos casos la postura de la ostra en el plato de la geisha (previa consulta con el médico).

jueves, 7 de agosto de 2008

Del dulce tormento de escribir una novela

Estoy metido en una novela. Y cuando digo metido, quiero decir engolfado, sumergido hasta las trancas. Me llaman mis hijas, me llaman los amigos, el vecino, el cartero y yo estoy en otro mundo y todas las voces me molestan porque dentro de mí me llaman a voces mis personajes, exigen su cuota, un traje mejor hecho, un perfil psicológico mejor construido, un diálogo más natural y eso todos a la vez y en todo momento y a mí me cuesta mucho distinguir cuál de esas exigencias merece antes mi atención y mis cuidados: ¿Por qué me pones ese nombre tan horroroso? ¿Y a mí por qué me matas tan pronto? ¿Cómo caes en el tópico de llevar niños a escena para dar penita y luego deshacerte de ellos? Es increíble cómo ese mundo interior puede llegar a ser más real que el exterior, cómo puede llegar a preocuparme más de qué color son los ojos de la prota que lo mucho que cuesta llenar el depósito del coche. Pero ¿sabéis qué es lo peor de todo? Que invertir tanto tiempo y energía mental en una novela no garantiza su calidad. Como me dice Jabo, quizá he parido un montón de hijos feos literarios y me he encariñado con ellos. Pero de hoy no pasa. Esta noche haré de Herodes. Pasaré a cuchillo a todos los primogénitos y sólo respetaré el cuello de los que de pronto me enseñen los dientes. A ésos tendré que respetarlos. Pero ¿y si resulta que también ésos eran hijos feos? También los hijos feos tienen derecho a existir, aunque uno no los enseñe.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Silvio Rodríguez y un no sé qué venéreo

Soy un forofo de Silvio Rodríguez. Lo considero poeta y músico. Es uno de los pocos mitos que me quedan. Gracias a su genialidad supera sus rémoras ideológicas, que nunca han casado bien con el arte, a no ser que, como él, uno sea un genio. Pero a veces los genios también meten la pata y en ellos chirría más. En un autor mediocre se notaría menos, porque los mediocres no meten la pata, sino que nunca la han sacado.
Se trata de una canción erótica que empieza así “Tú, sentada en una silla”. Durante la canción la cosa se pone caliente, entre miraditas y acercamientos, todo en metáforas, pero en el mejor momento se nos pone Silvio pedagógico y nos espeta que antes de la penetración se pone un condón por precaución:

Tú, susurrando un misterio
de un no sé qué venéreo,
me das un protector.

Me temo que hay cosas que no hay manera digna de meter en la lírica. O va uno por lo valiente y hace una oda al condón o uno se lo salta porque, total, puestos a imaginar escenitas, ¿para qué el condón?
De todas maneras, Silvio, gracias por todo.

martes, 5 de agosto de 2008

Violador de vacas

Leo en la prensa que un brasileño ha sido detenido tras violar cuatrocientas vacas para resarcirse de una frustrante experiencia que tuvo en su adolescencia con una prosti. Si no fuera porque tras violarlas las mataba, yo siento más compasión por el brasileño que por las vacas. Todas las parafilias sexuales me parecen algo asquerosillas, pero la zoofilia es la que mejor entiendo. Una persona a la que aprecio muchísimo me contaba que allá en el campo donde él vivía era muy habitual que los jóvenes de su edad, mientras guardaban el rebaño, se desahogasen así. Una mujer es mucho más difícil de conseguir y conquistar que una cabra. Siento más lástima que asco por personas así, porque tienen una luz, la luz de Eros, y en vez de dedicarla a alumbrar con ella a otra persona, la esconden en un establo. Tienen la sed del otro, pero no el valor para apagar en el otro esa sed. Y por eso se conforman con un animal, que es casi otro.
Felices noches de verano.

Alcaparras y Geórgicas

He ido con mi madre a coger alcaparras. He pagado mi cuota de pinchazos (porque ellas se defienden con sus espinas) y ahora tengo en mi casa dos pedazos de tarros a rebosar de capullitos de alcaparra. En media hora mi madre recogió el doble que yo y eso que tiene setenta y dos años. Se desenvuelve en el campo con mucha más ligereza que yo, que tengo sólo taypico años.
Aunque soy un urbanita, vengo de labradores y por eso, cuando voy al campo, me pongo muy geórgico con los pájaros, las mariposas, las cigarras y los grillos. A veces un zorro y una perdiz. En el campo uno puede ensuciarse los zapatos, meter la mano en una higuera y zamparse varios higos, beber de un botijo, meter la cabeza en el agua y sacudirse como los perros (eso cuando yo tenía pelo) y, sobre todo, puede uno mear donde le apetezca y juzgar a hacer parábolas en el aire, como cuando uno era niño.
Ayer además las nubes eran grandiosas. Parecían haber explotado en el horizonte y desde allí se desplegaban en rayos gigantescos hacia el otro horizonte. Si un pintor las hubiese pintado, lo habrían tachado de poco natural y fantasioso.
Me ha venido muy bien hacer el bestia en la campiña. En esta semana apenas he podido escribir dos folios de mi novela, por más que me he retorcido los sesos, pero mi hermano, en su campo, ha levantado en siete días un cobertizo más sólido que el Partenón. Mis literarios castillos en el aire se derrumbaron ante la materialidad y contundencia del cobertizo.
En fin, amigos, que estoy muy bucólico. ¿No os entran tentaciones periódicas de venderlo todo y arrastrar a toda la familia al campo y comenzar de cero, sacarle el fruto a la tierra con el sudor de la frente, hacer uno mismo el pan que van a comer sus hijos y, cuando llega la noche, sacar la guitarra a la luz de la luna y cantar unas coplillas?

lunes, 4 de agosto de 2008

Semen y anonimato II

Si hay algo que no es anónimo, ésas son las células sexuales. En cada eyaculación estoy yo repetidito millones de veces y, como las personas no son anónimas, ¿por qué van a serlo sus simientes? Yo comprendo la compraventa de semen de caballo, pero no la de semen humano. Comprar óvulos y semen es reducir el hombre a res, es trivializar la maternidad y la paternidad, es crear huérfanos genéticos y, sobre todo, es no pensar en el niño, sino sólo en el deseo de tenerlo a toda costa.
Cada vez estoy más convencido de que los hijos tienen derecho a nacer del amor erótico de las dos personas que lo van a hacer posible. No se me ocurre más alto origen que ése para algo tan importante como traer una nueva persona al mundo.
Un abrazo, amigos

domingo, 3 de agosto de 2008

Semen y anonimato

Si yo fuera mujer, no se me ocurriría jamás ir a un centro de fecundación a que me inseminasen con el semen de un desconocido, no sólo porque así privaría a mi hijo de saber quién es su padre y porque reduzco al varón a mero instrumento, a su moco fecundador, sino también porque me gustaría saber quién es ese tipo que me va a hinchar la barriga: ¿es el tipo de hombre con el que entablaría conversación en una fiesta o es el último por el que me dejaría tocar? ¿Le huelen los pies? ¿Es generoso con su tiempo y su dinero? ¿Le gustan los coches más que las personas? ¿Donó su semen porque está muy orgulloso de él?
Yo sólo dejaría entrar en mi femenino santuario a un hombre que superase la mayor prueba de amor, que he extraído, reformándola un poco, de Ovidio. Hay que imaginarse al candidato haciendo lo que nadie puede hacer por él, legañoso y flatulento, sucio, recién despierto. Si aun así nos sigue pareciendo atractivo, es que está uno enamorado de él.
Pocos donantes de semen superarían esa prueba. Así que lo mejor es que, como un niño es una cosa muy importante, sólo lo haga conmigo uno que supere esa prueba, porque los niños tienen derecho a nacer del amor y de la libertad, no de la selección y la probeta.
La probeta además genera un nuevo racismo: ¿qué argumentos legítimos hay para que las mujeres blancas no se dejen inseminar con semen de negros anónimos? Sólo se me ocurren argumentos racistas.
Debería ser un derecho humano el poder conocer quiénes son nuestros padres, los responsables biológicos de mi existencia. El donante de semen y de óvulos no puede ser anónimo.

viernes, 1 de agosto de 2008

La cuchibambez del universo

Hoy, bajo la noche fresca del verano, los amigos nos hemos hecho preguntas un poco enrevesadas. Mi amigo Felipe nos preguntó que si de pronto todo se redujera a la mitad de su tamaño, incluidos nosotros, ¿nos daríamos cuenta? Hubo respuestas para todos los gustos. ¿Sabríamos que hay luz si no hubiese sombras? Porque la luz no se ve, sino que vemos gracias a la luz. Si no hubiese sombras, ¿podríamos imaginar al menos la posibilidad de que no hubiese luz o sería imposible imaginarlo? Yo creo que por eso nos fascinan conceptos como el infinito y el espíritu. Todo lo que vemos y conocemos es finito y y material y, sin embargo, se nos ha ocurrido la posibilidad de que exista algo que no sea material y sea ilimitado. Es como si hubiera en el universo una cualidad que no sabemos que estamos percibiendo porque no tenemos nada con que se le pueda comparar. Vamos a llamar a esa cualidad cuchibambez. Como no existe una anticuchibambez, no nos damos cuenta de que el universo es tremendamente cuchibambo. Por eso nos fascinan conceptos como alma inmaterial e infinito. No hay razones para creer que existe algo tan diferente de todo lo que existe y, sin embargo, insistimos en que existe.