viernes, 6 de junio de 2008

Maños

En una comida con amigos criticaba yo indignado que la homosexualidad fuera delito en Cuba. Y mi amigo Pablo, el maño, me dijo: "Es que con lo buenas que están las cubanas, ¿cómo no va a ser delito?"
Me gusta la gente así, con más humor que ganas de pelear.
A propósito de maños, he leído en cierto libro el milagro de Calanda y luego he buscado información por la red.
http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=2821
En pocas palabras, en el siglo XVII, un mozo aragonés, natural de Calanda, perdió una pierna en un accidente y se la amputaron y se la enterraron (me gusta ese respeto por los restos humanos; ahora se consideran simplemente restos orgánicos, y no partes de una persona). Le dieron permiso para pedir en El Pilar (por cierto, no es esa una mala manera de regular los mendigos: así al menos no se pelean los mendigos entre sí por llegar antes a su puesto de pedir) y todos lo apreciaban porque era bueno y devoto de la Pilarica. Todos los días se untaba de agua bendita la pierna que le faltaba y una mañana se despertó con la pierna puesta. El asombro de toda Zaragoza fue tal, que se convocaron testigos y se produjeron investigaciones hasta que aquello se declaró oficialmente milagro.
Para milagros, los de los maños. Y lo demás son tonterías.

1 comentario:

Enrique Baltanás dijo...

A este milagro se refiere Vittorio Messori en su libro "Hipótesis sobre María". Por lo visto es un milagor más importante de lo que parece, por lo del recrecimineto del miembro.
Por cierto, si ya moderas los comentarios, ¿para qué torturarnos con la verificación de palabras?